El Club Rugby Málaga ha dicho basta ya. La situación es insostenible para el equipo y ha llegado hasta tal punto que desconocen cómo será la vida más allá de estos meses cuando acabe la campaña 21/22. Así lo expresa Martín Calle, entrenador del primer equipo: "Nos han prestado el estadio de atletismo, que el año que viene no lo tenemos. Por ahora no tenemos campo homologado legalmente en el que jugar la próxima temporada. No sabemos cómo vamos a comenzar la Liga". Así que la gravedad es máxima.

Precisamente es tan importante esta situación porque el apoyo institucional no se refleja con la progresión del equipo. Según los datos aportados, el Club Rugby Málaga posee 356 fichas sin contar la sección de veteranos ni la sección inclusiva. Con esta última se han visto obligados a parar ante la falta de instalaciones. En esas fichas están icnluidos los tres equipos masculinos, el femenino qe ha comenzado esta temporada y los tres equipos por categoría que participan en las competiciones andaluzas de menores.

Así que no tener un campo propio supone desembolsar una importante cifra de dinero en alquiler. En concreto, 25.000 euros paga el club de alquiler al año. Además, no todos los equipos del CRM pueden entrenar en el mismo lugar, lo que supone un mayor desembolso en tener que pagar material de más. "Hay más de 40 campos por año que se dan a equipos de fútbol y el rugby solo pide un campo en todo Málaga", reclama el argentino en una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga.

El primer equipo entrena en el campo de Guadalmar. Hasta ahí todo correcto o no tanto porque no es de rugby. "Estamos entre los mejores de arriba y entrenamos todo el año en un campo de fútbol. No tiene ni siquiera palos para poder patear. Es como si un equipo de baloncesto no tiene aros para poder anotar". Tampoco cuenta con líneas del campo o con seguridad en los laterales. Así que la mejoría deportiva no se transmite con las condiciones en las que pueden jugar. Es más, el 75% de los partidos locales los juegan fuera de Málaga.

La celebración de la World Rugby Sevens Series en la Costa del Sol ha sido un punto de inflexión. O así lo quieren ver desde el equipo como síntoma de presión. "Ahora todos los políticos se quieren sacar una foto. Hace tres año jugó España-Uruguay en un amistoso en el estadio de atletismo y se metieron 18.000 personas. Movimiento de rugby hay y mucho", declaró el técnico. A lo que quiso añadir: "Tenemos 300 niños en las escuelas y estamos atrapados en un bucle de estructura porque necesitamos solo un campo en el que entrenar".

Promesas

Las peticiones que hace ahora el Club Rugby Málaga no son puntuales ni son de ahora. Estas súplicas acumulan más de 15 años por promesas que hicieron los políticos y que nunca cumplieron. La primera llegó en 2005 con el proyecto "Plan Municipal de Dotación Integral de Césped Artificial de la Ciudad de Málaga" del que iba a salir un campo de rugby. Desde entonces, se han realizado y reacondicionado 25 campos de fútbol. ¿Problema de presupuesto? Han invertido 3.3 millones de euros en el campo de Guadalmar con mejoras para el fútbol.

La siguiente promesa llegó en 2009. Al club le fue concedido un terreno en el que llegaron a entrar las máquinas de obra y que paralizaron desde urbanismo. Por lo que no pudieron llegar a nada. La siguiente fue en 2011 con el fallecimiento de Manuel Becerra, uno de los máximos precursores del rugby en la provincia, a través de un tweet de Francisco de la Torre. O la última hace muy poco tiempo. "Hace tres años nos dijeron que íbamos a tener un campo y ya han pasado tres años y medio. De hecho teníamos un campo otorgado en Teatinos y en el último momento nos lo quitaron", narra Calle Martín.

Andalucía

Por número de fichas, de licencias o de resultados deportivos, el Club Rugby Málaga es uno de los equipos más importantes de Andalucía. Sin embargo, esta situación no se traduce en el número de infraestructuras o el nivel de las mismas. Málaga es la única capital de provincia de la comunidad que no posee ningún campo de rugby. Rincón de la Victoria, Marbella o Vélez-Málaga tienen, pero son campos municipales para esos equipos, lo que no ocurre en la capital.

A pesar de todas estas desdichas, el primer equipo lucha en la División de Honor B por conseguir el ascenso que les permita alcanzar la élite. Las canteras trabajan sin descanso y la labor que realiza el club va más allá del deporte, pero no disponen de instalaciones con las que crecer. La organización de las series mundiales y su afluencia han sido una demostración de que el rugby importa en la ciudad. El Club Rugby Málaga solo pide un campo en el que jugar.

Noticias relacionadas