Remontada, récord de asistencia, manita y fiesta de España en La Rosaleda (5-3)

Un total de 15.896 espectadores, malagueños principalmente, han sido testigos en el estadio de La Rosaleda de una espectacular remontada de la Selección Española femenina frente a Suecia y de paso han batido el récord de asistencia a un partido de fútbol del combinado nacional como local. En el descanso, España caía 1-3 contra Suecia y no daba las mejores sensaciones. Pero tras el descanso, salvo un susto inicial, fue un ciclón que convirtió la cita de Málaga en una fiesta del fútbol.

La afición malagueña tenía como referencia los 14.194 espectadores que acudieron al Nuevo Arcángel de Córdoba para el España-Suiza de la Liga de Naciones. Y a por esa cifra se ha ido el público malagueño para superarla en casi dos mil espectadores, que han vivido cómo España cerraba la fase de grupos de la Nations League con una remontada por aplastamiento contra un rival de altura como las suecas. 

A efectos de clasificación, el partido era instrascendente para España, que ya estaba clasificada para la Final Four de la Nations League y poder pelear por el segundo título de su historia. 

Uno de los nombres de la semana, salpicado por la polémica, ha sido del Aitana Bonmatí. La Balón de Oro partía desde el banquillo tras pedir el cambio en el último momento en el descanso del partido anterior contra Italia, lo que tuvo consecuencia que España arrancara la segunda mitad con diez jugadores. Pues ha sido saltar al césped de La Rosaleda la jugadora del FC Barcelona y empezar a inclinarse el campo hacia la portería sueca para firmar la manita final. Bonmatí se ha repartido el protagonismo Mariona Caldentey, autora de dos goles, y Salma Paralluelo, autora de uno y protagonista en varios,

Algunas jugadores que forman el once de gala de España empezaron en el banquillo, como la portera Cata Coll, la central Irene Paredes o la mencionada Aintana Bonmatí. Y el choque no empezó bien para las de Montse Tomé, inmersa también en la polémica con Bonmatí. Olme adelantó las suecas en el minuto uno de partido rematando un córner anticipándose en el primer palo. 

A los once minutos llegó la igualada. Olga Carmona la puso desde la izquierda para que Salma Paralluelo rematara sola como la una para la pelota a la red. A partir de ahí y hasta el descanso, una España para olvidar. 

La ex del Real Madrid Asllani volvió a adelantar a las suecas a los catorce minutos con un gol de mucha clase picando el balón por encima de Misa con la que se encontró mano a mano. 

Jenni Hermoso mandó un centro chut al palo en un balón que se fue envenenando a los 23'. Pero no estaba siendo el día de las campeonas del mundo. Blackstenius colocaba el tercero para las suecas en el 29' y La Rosaleda se temía lo peor tras una semana convulsa. 

La salida de los vestuarios refrendó las malas sensaciones. Suecia estrelló una pelota en el larguero nada más empezar. Pero ya nada iba a ser lo mismo en una España que tiró de dignidad, buen fútbol, Mariona Caldentey y Aintana Bonmatí. 

En el cincuenta, otra vez Olga Carmona llegó hasta el fondo de la banda izquierda para poner una pelota atrás que Athenea del Castillo mandó a la red para recortar distancias y empezar a convencer a todos de la remontada. En el 58' Bonmatí ingresó en el campo. 

Hubo que esperar hasta el 78' para que España se llenara de paciencia dentro del área y moviera la pelota de un lado a otro hasta que le llegó a Mariona escorada a la izquierda. La bajó con el pecho y la mandó para dentro de un derechazo a la escuadra que valía el empate.

El empate le abrió los espacios a las de Montse Tomé. Mariona filtró para Paralluelo y está puso en pista a Fiamma Benítez, que encaró sola a Falka y se la puso con sutileza por arriba. Se caía La Rosaleda con el 4-3. 

Y en el 89' Salma Paralluelo arrancó la moto para armar una contra en la que cedió la pelota a Eva Navarro, esta se la dio de primeras a Caldentey, que llegaba por el otro lado y tras controlar volvió a acariciar la pelota para elevarla por encima de Falk. 

Hubo tiempo para que Bonmatí se tirara con todo para alcanzar una pelota con la punta de la bota que acabó estrellándose en el poste hubiese sido la guinda a una noche para la Selección femenina con dos nombres propios, Málaga y el estadio de La Rosaleda.