Era cara o cruz y, afortunadamente, salió cara para el Unicaja. Si perdía estaba eliminado en las semifinales de la ACB y la duda era ver qué Unicaja saldría a la cancha del UCAM Murcia. Si el Unicaja timorato y sin ambición de los dos primeros partidos en el Martín Carpena o el Unicaja imparable que le llevó a ser líder en la liga regular. Un 0-15 de parcial para los de Ibon Navarro en los cinco primeros minutos del partido dejaba claro que, esta vez sí, Unicaja había vuelto.
El primer cuarto fue el Unicaja de toda la temporada. Recuperaciones de balón, salida rápida y canastas relativamente fáciles. Pese a ser un match ball, el equipo parecía liberado. La presión parecía correr por las venas de los jugadores del UCAM, muy desacertados en el tiro. Era la serie al revés de lo visto en el Carpena. En Málaga al UCAM le entraba todo. En su propio campo todo tocaba el metal.
9-25 al final del primer cuarto y a seguir remando que quedaba todo el partido por delante, con 7.500 espectadores en el Palacio de los Deportes de Murcia dispuestos a darlo todo. Tres triples seguidos de Sant-Roos y Radebaugh empezaban a generar dudas en el cuadro cajista, que se acrecentaron con una discutible falta de Alberto Díaz que incendiaba el pabellón.
Unicaja solo llevaba 4 puntos en seis minutos, pero se cortó la racha murciana con sendas canastas de Osetkowski y Sima para irse de 12. Unicaja apretaba en defensa y el UCAM parecía, de nuevo, un equipo mortal. De hecho, se fue al descanso con solo 24 puntos, una puntuación más propia de minibasket. Unicaja lideraba 24-39 en la primera mitad.
Decía Sito Alonso en los micrófonos de Movistar antes de empezar el tercer cuarto que la obligación de ganar la tenía el Unicaja y que Murcia era una fiesta, intentando quitar presión a sus jugadores. Y lo consiguió. Seis puntos consecutivos de Sleva con un triple y un 2+1 y un total de 8-0 de parcial en dos minutos apretaron la distancia a 32-39.
Pero la diferencia con los dos anteriores partidos en el Carpena se llamó Dylan Osetkowski. Llevaba un mes y medio prácticamente desaparecido, pero hoy sí estaba, en el momento más complicado. Anotando y defendiendo. 18 puntos y 17 de valoración que el Unicaja necesitaba como el comer.
Y también se sumó a la fiesta Perry, con 14 puntos y 3 triples para frenar los arreones murcianos. Unicaja supo soportar el intento de reacción del UCAM y se llegó a ir de 20 (34-54) a falta de cuatro minutos para el final del tercer cuarto. La tercera ronda acabó 44-65 y sensación de partido resuelto.
Pero el UCAM no tiene nada que perder y eso le hace jugar con mayor libertad, sobre todo mental. Unicaja ha estado intratable durante toda la temporada, le eliminó en las semifinales de la Final Four de la BCL y, hace apenas un mes, le dio una tunda en el Carpena. Lo normal, antes de empezar la serie, era que Unicaja ganara, pero los murcianos tiraron de acierto y coraje y se llevaron un sorpresivo 0-2 del pabellón malagueño. Hoy no iban a regalar el partido y en el inicio del último cuarto metieron un 5-0 de parcial.
A falta de 4:30 se pusieron a 10 y el pabellón confiaba en la remontada, pero esta vez Unicaja no se descompuso, tiró de galones y se acabó llevando el partido 66-74.
Kurucs, el héroe murciando en el segundo partido, hizo cero puntos en 17 minutos. Sleva, que reventó el Carpena en el primer encuentro de la serie, anotó 15 puntos en 25 minutos. En Unicaja el jugador más valorado fue Sima con 21.
El Unicaja ha vuelto. Tras dos partidos desnortado en el Carpena, hoy ha sido competitivo y ha conseguido una victoria fundamental para seguir vivos. El lunes será el siguiente asalto. Si el Unicaja vence habrá quinto duelo en el Carpena. Si cae, adiós a la temporada. Todo o nada en 48 horas.