EFE
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Países Bajos, que ya eliminó a España en cuartos, jugará la primera final de Copa Davis de su historia tras superar a Alemania con el último punto logrado por su número uno Tallon Griekspoor, que remontó al germano Jan-Lennard Struff en tres sets (6-7(4), 7-5 y 6-4).

Países Bajos hizo historia este viernes, día en que se esperaba el gran homenaje que nunca llegó como se esperaba a Rafa Nadal. Fueron los holandeses los que precipitaron la retirada del mito mallorquín el pasado martes de madrugada, y en semifinales han continuado la fiesta eliminando a Alemania con sudor, complejidad y merecimiento.

En 104 años de participación en la copa del mundo de tenis, Países Bajos jamás había alcanzado una final, como máximo unas semifinales, las últimas en 2001. La jugará este domingo en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante el ganador del Italia - Australia.

Van de Zandschulp, intratable

En el primer turno, Botic Van de Zandschulp, el neerlandés que retiró a Rafa Nadal derrotándole en el primer punto de cuartos, había sumado el 1-0 para Países Bajos ante Daniel Altmaier en un trabado encuentro que se le resistió más de la cuenta (6-4, 6-7(12) y 6-3).

Luego, en el duelo de números uno, se vio dos tenistas con niveles muy parejos en cuanto a ranking ATP, Tallon Griekspoor y Jan-Lennard Struff, apenas tres puestos de diferencia entre el alemán (43) y el neerlandés (40).

Eran dos expertos sacadores, frente a frente. Se refleja en las estadísticas: hasta 38 saques directos en total hubo en el partido, 25 para Griekspoor y 13 para Struff. En los primeros juegos, ninguno de los dos pudo quebrar el saque del otro y se llegó al ‘tie-break’, donde Struff estuvo más fino para anotarse la primera manga.

Esa tendencia siguió hasta que el germano estuvo cerca de una rotura en el octavo juego del segundo set, pero hasta dos bolas salvó Griekspoor con sangre fría y varios puntos de belleza estética que levantaron a la hinchada ‘orange’.

Aprovechó ese ímpetu anímico Talloon y lo acompañó con derechas espectaculares y alguna dejada compleja para Struff hasta que tuvo su momento: al fin pudo ganarle el saque desde el resto y colocar luego el 7-5 para forzar un último acto.

Allá fue con mayor confianza el tenista vestido con pantalón blanco y camiseta y gorra naranja. Había perdido su duelo individual con Carlos Alcaraz en la ronda anterior, pero se desquitó con esta batalla de trallazos ante Struff para llevarse el último set por 6-4 y meter a su nación en la gran final.