José Callejón durante el Marbella FC vs. Atlético de Madrid

José Callejón durante el Marbella FC vs. Atlético de Madrid Marbella FC

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Una Rosaleda dividida disfruta de una noche copera con emoción hasta el final

El estadio de Martiricos se llenó para la eliminatoria entre el Marbella y el Atlético de Madrid en la que no estuvo Simeone. 

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Este sábado llegó a La Rosaleda el equipo más en forma en la actualidad del fútbol español, el Atlético de Madrid, para medirse al Marbella FC en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey de fútbol y el público malagueño respondió en masa colgando el cartel de 'No hay billetes' para vivir una noche de fútbol emocionante en la que se mantuvo la incertidumbre hasta el último instante. 

Había elegido el Marbella jugar en La Rosaleda para recibir al Atlético y hacer un negocio redondo con esta eliminatoria y acertó de pleno. Se llenó el estadio, compitió contra todo un grande del fútbol español e incluso pudo darle algún susto. 

Para empezar, el día antes del encuentro se colgó el 'No hay billetes' gracias a la cantidad de aficionados rojiblancos que hay en la provincia y que acudieron a las 'taquillas' on line para hacerse con una entrada y ver de cerca a sus ídolos, que no jugaban en La Rosaleda desde 2018. 

Pero también hubo mucho malagueño que acudió con la intención de apoyar al Marbella a La Rosaleda, donde estuvo arropado por su grada de animación. Hubo una parte importante del estadio que reaccionó los "¡puta Málaga!" de los aficionados más radicales del Atlético de Madrid, el Frente Atlético, que durante el día había protagonizado altercardos en los alrededores de La Rosaleda enfrentándose a miembros del Frente Bokerón. 

Había muchas camisetas y bufandas rojiblancas en las gradas de La Rosaleda que se dejaron notar durante el día en diversos puntos de la ciudad. Cuando el Atleti ya ganaba, todavía quedaban muchos aficionados que no había encontrado su asiento. 

El ambiente se fue caldeando especialmente en la segunda mitad cuando el Atlético de Madrid no era capaz de cerrar el choque y eso fue metiendo al público en el duelo para empujar al Marbella hacia la portería de Musso, en la que precisamente terminó el choque, con la grada empujando en una noche de fútbol a cara de perro en la víspera de la llegada de los Reyes Magos a Málaga.