La travesía por el desierto se está alargando demasiado en el tiempo para el Málaga CF. Porque no es fácil ganar lejos de casa en esta nueva normalidad, con las gradas ya llenas de público y con notable competitividad que siempre acompaña a la Liga SmartBank. Pero los 218 días que el conjunto blanquiazul acumula sin ganar lejos de casa se están convirtiendo en todo un calvario, en una condena de la que no está pudiendo escapar el equipo de José Alberto y que cada 15 días tiene que asumir como si fuera un reo más.
Ocho partidos, tres empates, ninguna victoria, seis goles a favor y dieciséis en contra. Esos son los fríos números del Málaga hasta la fecha lejos de casa en esta temporada 21/22, a los que se sumó la derrota de este domingo en Cartagena por 3-1. Ni que decir tiene que es el peor de Segunda como visitante, aunque es junto a Amorebieta y Lugo los únicos que no han ganado.
Tener al Málaga de visitante se ha convertido en una bicoca para los rivales. Y la afición vive en una constante montaña rusa de emociones. Una jornada se creen invencibles jugando de local y a la siguiente, son el equipo más vulnerable del planeta.
La última victoria del Málaga lejos de casa se remonta a la temporada pasada, cuando venció en el Anxo Carro de Lugo por 0-1 con gol de Lombán en los últimos minutos de juego el pasado 4 de abril. Era otra temporada bien diferente, donde el Málaga se hizo temible de visitante y más vulnerable de local. En total consiguió ocho victorias y cuatro empates lejos de Martiricos, más puntos que de local. Lo dicho, otro Málaga.
Malos números
Ahora ya ha caído en Almería (2-0), Ponferradina (4-0), Gijón (2-1), Oviedo (2-1) y Cartagena (3-1). Y ha empatado en Ibiza (2-2), Valladolid (1-1) y Huesca (0-0). Resultados muy pobres para un equipo que aspira a estar entre los mejores de la categoría. Bagaje sumamente insuficiente para un equipo que presume tener desparpajo y atrevimiento en sus jugadores, pero que se minimizan cuando no están con el calor de su público.
Las claves pueden ser variadas. La primera es la falta de confianza de los jugadores malaguistas. Otra puede ser la disposición táctica, que no llega a ser la misma cuando el equipo juega lejos de La Rosaleda. Y evidentemente, los rivales, que también le pierden todo el respeto que el conjunto blanquiazul tiene en Martiricos.
Porque eso sí, el Málaga en casa es otra historia, donde destaca como el tercero mejor. En el momento que el conjunto blanquiazul encuentre el equilibrio conseguirá salir de la mediocridad. Mientras, deambula por mitad de la tabla. Y los dos próximos partidos son en casa ante Tenerife y Las Palmas. Una prueba de fuego para saber de qué pasta está hecha esta plantilla.