Algo de lo que saben de fútbol tanto Manolo Gaspar como Pablo Guede lo aprendieron de Antonio Tapia. Los dos primeros hoy son la cara visible del proyecto deportivo del Málaga CF de cara a la temporada 2022-23, y para el mismo ha rescatado al tercero. Manolo Gaspar es el director deportivo, Pablo Guede el entrenador y, desde este pasado domingo, Antonio Tapia es su asistente.
La primera toma de contacto de esta relación a tres bandas se dio en la temporada 1997-98, la primera gloriosa bajo la denominación Málaga CF. En el mercado de invierno, Pablo Guede llegaba al equipo blanquiazul, que militaba en el Grupo IV de Segunda B. Lo entrenaba el asturiano Ismael Díaz y a los mandos de la preparación física estaba Antonio Tapia.
Las condiciones en las que llegó Guede no eran las mejores y fue Tapia el encargado de afinar la maquinaria para que el delantero argentino llegase a la liguilla de ascenso como un tiro. Se convirtió en leyenda para todo el malaguismo en el partido contra el Terrasa en La Rosaleda, cuando tres goles suyos sirvieron para colocar al Málaga en Segunda División. Guede marcó siete goles en total en aquella fase de ascenso.
Los caminos de Guede y Tapia se separaron. Así como el de Tapia con el Málaga, que voló para arrancar su carrera como técnico, haciéndolo con éxito en el Polideportivo Ejido.
Cinco temporadas después, el profesor (de profesión) de Fuengirola, aunque nacido en Baeza, volvía al Málaga para convertirla en su casa. Se hacía cargo del filial malaguista en Segunda B para volver a formar parte de la historia del club. Tapia colocó al Málaga B en Segunda División con un equipo en el que el lateral derecho era un joven con el pelo largo, un purasangre, Manolo Gaspar.
Convivieron en el vestuario un año más en Segunda, con el equipo rindiendo a un nivel muy alto, con Gaspar fijo en las alineaciones de Tapia. Jugó 35 partidos como titular. Tras esa temporada, Manolo buscó proyectar su carrera lejos de casa y, al año siguiente, a mitad de temporada, Antonio Tapia tuvo que dejar el banquillo del Málaga B (la denominación no era Atlético Malagueño) para subir al rescate del primer equipo.
Asumió las riendas en la jornada 19 tras la destitución de Gregorio Manzano y lo que hizo Tapia fue aplicar su librillo. Un fútbol vistoso como el camino para conseguir resultados. Once victorias para dejar al equipo décimo en la tabla fueron los números del debut de Tapia en Primera División, con un estelar y desconocido Fernando Baiano llegado en el mercado de invierno.
Al curso siguiente las cosas no fueron igual y Tapia duró hasta la jornada 21 sentado en el banquillo de La Rosaleda, con el equipo último clasificado. El Málaga acabó descendiendo.
El Málaga había vuelto a Primera dos cursos después de la mano de Juan Ramón López Muñiz, y en un giro inesperado, el asturiano no continuó en el banquillo tras el ascenso. Era el momento de rescatar a Antonio Tapia.
El Málaga arrancó la 2008-2009 con tres derrotas, un empate y cero goles en cuatro jornadas. A partir de ahí, pocos años se ha visto mejor fútbol en La Rosaleda que en aquel equipo lleno de jugadores cedidos.
Una de las políticas de fichajes que se siguió aquella pretemporada fue la de llamar a filas a viejos conocidos de la afición. Duda, Albert Luque, Miguel Ángel, Nacho, Fernando… y Manolo Gaspar.
No tuvo mucho protagonismo Manolo aquel curso. Por delante tenía al emergente Jesús Gámez. Pero llegó a disputar once partidos, ocho como titular, en aquel equipo que iba directo a las posiciones europeas, pero que dio la sensación de levantar el pie en las últimas jornadas tras empatar en La Rosaleda contra el Deportivo de La Coruña, el rival más directo en aquella pelea.
Aquel fútbol y aquella temporada le valieron a Antonio Tapia para intentar dar un salto de calidad en su carrera fichando por un Betis llamado a cotas mayores. No tuvo fortuna y solo ocupó un banquillo más, el del Tenerife durante algunos partidos.
Tapia volvió al Málaga para desempeñar cargos de gestión: asesor deportivo en 2012 y director de La Academia en la 2017-18.
Ahora, sus alumnos, a los mandos de la parcela deportiva, lo han rescatado para que imparta la penúltima lección.