El Málaga CF le ha dado la vuelta a la tortilla en 46 días. Los que van desde la derrota contra el Burgos en La Rosaleda que acabó con la afición de uñas pitando y abucheando al equipo, hasta este miércoles 6 de julio cuando el club ha hecho oficial el fichaje del que será el estandarte del proyecto 2022-2023, Rubén Castro.
El de este miércoles ha sido el de mayor impacto en lo que va de pretemporada en el conjunto blanquiazul. El lunes se desataron todas las especulaciones y el martes de desataron los acontecimientos con el comunicado oficial del Cartagena en el que anunciaba que el delantero canario renunciaba a la oferta de renovación que le había ofrecido el club.
Eso hizo que el miércoles fuese un día de tensa espera hasta que pasadas las siete de la tarde se anunció lo que ya era una realidad, el fichaje de Rubén Castro por el Málaga CF. El canario fue localizado en la ciudad y ubicado más tarde en La Rosaleda para firmar su contrato por una temporada con el equipo de Martiricos.
Se siguió al minuto lo que ocurría en torno al jugador canario, tanto en los medios como en las redes sociales.
No es para menos. Firma el Málaga a uno de los grandes goleadores del siglo XXI en el fútbol español. Ni siquiera su DNI, que dice que tiene 41 años, ha frenado la ilusión del malaguismo con la llegada del delantero canario.
19 y 20 goles son las cifras de sus dos últimas temporadas, por lo que se deduce que llega a Málaga en condiciones de liderar a un equipo que se está construyendo sobre los pilares de la veteranía y la experiencia y del que ya se puede hablar directamente que el objetivo es el ascenso a Primera División.
Por la llegada de Rubén Castro y por la de otro jugador cuyo anuncio se produjo un rato antes pero que, inevitablemente quedó eclipsado por el golpe de efecto del fichaje del canario. Se trata de Fran Sol, un delantero de garantías que, junto a la llegada de Febas el día anterior, elevan el nivel de un Málaga al que ahora la afición mira con los ojos de la ilusión.
Un movimiento como el que ha realizado el Málaga CF era impensable no hace mucho por estos lares, por lo que se puede deducir de que en los despachos de La Rosaleda se está hilando fino para estrujar al máximo las estructuras económicas que tiene la entidad.
Dada la rigidez en la gestión del club debido a la administración judicial en la que se encuentra, a priori se puede interpretar que los pasos que se están dando van en la buena dirección, aunque al final todo depende, tirando del tópico, de que la pelota entre. Pero mimbres para ello se están poniendo.
Manolo Reina, Juanfran, Unai Bustinza, Aleix Febas, Fran Sol y Rubén Castro, más algunos que ya estaban como Luis Muñoz, Jozabed o Escassi, son nombres que pueden disparar la ilusión de una afición que anhela días de gloria en La Rosaleda.
Este jueves, con la presentación de las nuevas camisetas en la Plaza de la Constitución abierta al público, puede ser un buen termómetro para medir el estado anímico del malaguismo.