Su irrupción la temporada pasada tutelado por José Alberto López insufló un aire de esperanza a una alicaída afición del Málaga CF que veía cómo los proyectos blanquiazules estaban condenados a pasar sin pena ni gloria por Segunda División. De la Champions, a la indiferencia. Y Kevin Villodres, con su descaro, con calidad, con su desenvoltura con la pelota en los pies fue un rayo de luz... que solo duró media temporada y, si vuelve a brillar, será lejos de La Rosaleda.
El del Llano de la Trinidad dejará el Málaga CF esta temporada para jugar en el Gil Vicente portugués. Solo falta que sea oficial. No forma parte de la expedición que ha viajado a Estepona para continuar con la preparación de cara a la temporada 2022-23, para la que Pablo Guede le había dado una segunda oportunidad tras no haberle dado confianza en el tramo final de la temporada pasada.
Aunque el primer día de pretemporada lo apartó con los descartados, lo cierto es que Kevin ha tenido minutos en los dos partidos que había jugado el Málaga CF esta pretemporada antes de ser baja por una "infección viral", como ha informado el club en estos últimos días. En el choque jugado este miércoles contra el Vélez, ya no estuvo Kevin. Por la tarde tampoco se subió al autobús rumbo a Estepona.
Su desborde y su desparpajo convencieron a la afición malaguista en el arranque de la temporada pasada, cuando José Alberto, convencido de su pretemporada, le dio galones de titular en los primeros partidos, cuando La Rosaleda era una fiesta. Kevin siguió jugando hasta que el técnico asturiano fue destituido.
Con Natxo González perdió protagonismo y con Pablo Guede, especialmente tras el 'caso Antoñín', desapareció del mapa hasta la última jornada, cuando recibió el indulto.
Manolo Gaspar dijo este martes que el acuerdo con el Gil Vicente, aunque no dio el nombre, estaba hecho y que era una oportunidad buena tanto para el Málaga como para el jugador. Saldrá cedido con opción obligatoria de compra si se cumplen unos objetivos asequibles.
Da la sensación que con Kevin se marcha un diamante por pulir, con clase suficiente para ir aprendiendo. Con 21 años, Kevin tiene toda su carrera por delante, pero desde su entorno han empujado al jugador, que tiene la última palabra y además contrato con el Málaga hasta 2025.