Si en algo ha tenido continuidad Pablo Adrián Guede en el mal arranque de curso del Málaga CF ha sido en pedir paciencia. Tras la mala imagen dejada en tres de los cuatro partidos jugados hasta ahora, con tres derrotas incontestables, el entrenador argentino ha pedido paciencia para su equipo, para que las ideas y los conceptos que se trabajan en los entrenamientos cuajen y se vea a la escuadra que él quiere sobre el campo. Precisamente, la que él no ha tenido moviendo el tablero y cambiando de fichas de manera a veces compulsiva.
En los cuatro partidos que ha jugado el Málaga en lo que va de temporada, Guede ha movido el banquillo en el descanso. En dos de ellos forzado por las lesiones, y en otros dos para intentar cambiar el rumbo del mismo.
En la primera jornada en Burgos, Fran Sol se tuvo que retirar en el descanso debido a un mal apoyo que le lastimó el tobillo provocándole un esguince. El delantero malagueño se tuvo que quedar en la caseta y fue Álex Gallar el que ocupó su lugar. Pero después, en el minuto 63 desmontó el centro del campo titular, justo después de encajar el gol. Sacó del campo a Escassi y Jozabed para dar entrada a Luis Muñoz y Ramón. El plan inicial, por los aires nada más recibir el primer gol.
La segunda jornada supuso la debacle contra el UD Las Palmas que encendió todas las alarmas. Ahí, con 0-1 en el marcador, Pablo Guede dejó en el vestuario a Jozabed para meter a Fran Sol. Además de un cambio de cromos, fue un cambio de sistema. Retiró a uno de los encargados de llevar la manija para meter a un delantero. El Málaga terminó de partirse después de una mala primera parte y el resto de la historia del partido contra los canarios ya es de sobra conocida. Con el resto de cambios fue desprotegiendo al equipo, que acabó con un solo centrocampista, Ramón Enríquez.
En Miranda de Ebro, la única victoria firmada por los blanquiazules hasta ahora, Guede se vio obligado a hacer otro cambio en el descanso retirando a Luis Muñoz, lesionado, que a su vez había entrado en la primera mitad por Ramalho, también caído.
Después de una victoria que trajo tranquilidad, lo más previsible era que no hubiese más cambios que los obligados en el once. Pero el entrenador bonaerense decidió sentar a Jozabed para darle entrada a Ramón en el choque contra el Albacete. El nuevo plan le duró al Málaga CF siete minutos, lo que tardó el equipo manchego en marcar dos goles. Aguantó Guede hasta el descanso, pero ahí introdujo dos cambios. Entraron Jozabed y N'Diaye y se fueron Genaro y Ramón. Escassi retrasó su posición y de nuevo, un centro del campo totalmente distinto al que empezó el choque.
La realidad es que solo van cuatro jornadas, y que ningún ha perdido nada a estas alturas de campeonato. Por lo que la paciencia que pide Pablo Guede es lógica. Además, hay que aplicarla.