Aunque salvo milagro, ganar los siete partidos que quedan, el destino del Málaga CF parece estar escrito, en el club está todo parado, de puertas para afuera, a la espera de lo que ocurra en el césped y se sepa, de manera oficial, en qué categoría jugará el conjunto malaguista la próxima temporada de manera oficial. Ni fichajes, ni director deportivo, ni planificación. Sobre nada de eso se ha querido pronunciar el director general del club blanquiazul, Kike Pérez.
Pérez compareció ante los medios este miércoles en un acto de la campaña de donación de sangre puesta en marcha por el Málaga CF en el estadio de La Rosaleda, donde las caras visibles del club, como Pellicer y el propio Pérez, ha apoyado la causa de la donación.
El Málaga tiene que recortar ocho puntos en siete partidos, más el goalaverage si se termina jugando los cuartos contra el Racing de Santander. A pesar de ello, a Kike Pérez las cuentas "sí" le salen. "Tenemos que mirar ganar lo nuestro. Seguir la línea que cogimos hace varias semanas, que es la que nos va a llevar a encadenar varias victorias".
Es en lo único que tiene la cabeza el director general del Málaga, ahora mismo en las labores de arquitecto del club de cara a la próxima temporada, con dos escenarios posibles. La permanencia en el fútbol profesional y ajustar la plantilla, o casi un solar después de que muchos jugadores se puedan librar del contrato en caso de descenso.
Pero sobre el futuro, Pérez lo deja aparcado. Lo primero, la figura del director deportivo que él mismo está ejerciendo de manera provisional. Insiste en que el nombre se conocerá a finales de mayo, cuando se cierre la temporada. Hasta entonces, está "todo paralizado para ni desviar la atención. No hay cosa más importante que este sábado".
Solo adelantó que el club tiene claro el perfil que quiere contratar como máximo responsable de la parcela deportiva, pero de momento habrá que esperar.
Un responsable deportivo que tendrá el reto de reconstruir una plantilla que, o bien se marchará casi por completo, o bien necesitará muchos ajustes tras el desastre de temporada que está protagonizando. Muchos jugadores tienen cláusulas liberalizadoras en caso de descenso, algo impensable cuando firmaron en verano.
Pero mientras haya agonía, el futuro puede esperar.