Se soñó con lo imposible. Pero clasificación, 37 de las 39 jornadas de las disputadas hasta ahora en puestos de descenso, no miente. El Málaga CF será la temporada que equipo de Primera RFEF tras perder de manera sonrojante con una Ponferradina que también tiene el descenso pintado en la cara. Y nada más sonar el pitido final en El Toralín, en el club, por boca del entrenador, el capitán y el director general, se asumió un nuevo discurso. Uno en el que el Málaga retrocede 25 años en el tiempo.
El equipo vuelve este martes por la tarde al trabajo, pero no será como continuar con la rutina. El entrenamiento se afrontará con la nueva realidad que vive el club desde la derrota en Ponferrada, acompañada de otros resultados. Una realidad que tiene al equipo, después de un año en el que prácticamente nada se ha hecho bien en Martiricos.
El primero en salir a pedir perdón fue Sergio Pellicer, al que casi no le salían las palabras en la sala de prensa de El Toralín. El de Nules había hecho creer al club, a los jugadores y a la afición. Obró una resurrección que después se ha quedado a medias activando todos los resortes para intentar creer en la remontada. Pero su discurso ante las preguntas de los medios era de un hombre derrotado, que incluso llegó a hablar en pasado de la presente temporada. Dijo también lo que correspondía, que había que dejarse la piel en los tres partidos que quedan pase lo que pase en la clasificación, para llevar la camiseta del Málaga con dignidad.
También hablaron tras el partido Alberto Escassi, capitán, y Kike Pérez, director general. Ambos coincidieron en pedir perdón a la afición y en asumir la realidad, el año que viene el Málaga estará donde se merece, a tenor de las palabras de Escassi: "Si estás 40 jornadas de 42 en puestos de descenso... Los números están ahí".
Por su parte, al directo general se le saltaban las lágrimas hablando con los medios malagueños desplazados a El Toralín. "La vida es así, las cosas malas hay que aceptarlas", decía Pérez, que el lunes, tras la llegada de la expedición a Málaga volvió a atender a los medios reconociendo que desde ya se trabaja en la temporada 2023-2024 y que, entre otras cosas, habrá que tomar decisiones de calado en la estructura del club.
En caliente, en El Toralín, reconoció que ya es hora de activar el Plan B, que contempla el nuevo escenario de la Primera RFEF. Habló de fracaso, dando por tanto el descenso por hecho.
Pérez, que hasta ahora había pospuesto el anuncio del director deportivo de cara a la próxima temporada hasta el final del curso, dejó caer que más pronto que tarde se conocerá el nombre del elegido.
Volvía a pedir el perdón quizás el hombre que menos responsabilidad tiene en lo que ha ocurrido esta temporada, porque fue el último en llegar. Ahora tendrá que tomar nota para no cometer errores del pasado, aunque tiene claro que será Pellicer el entrenador del próximo curso, un hombre que tampoco ha sido capaz de cambiar el rumbo de un barco que llevaba hundiéndose desde hace mucho tiempo.
Lo que suceda desde este martes en Martiricos recordará a lo que se hacía hace 25 años, donde los esfuerzos estaban centradas, con las formas de aquella época, a devolver al Málaga al fútbol profesional. Queda mucho trabajo por delante.