Cualquiera lo hubiera firmado, pero el 2-2 del Celta Fortuna fue un jarro de agua fría para el malaguismo cuando se veía con ventaja en las semifinales del playoff de ascenso a Segunda División. Pero el Málaga CF conquistó un buen resultado en Balaídos, con una buena reacción al gol inicial del filial celeste y con una segunda parte de ordeno y mando emborronada al final con el gol de Pablo Durán. Aún así, Dioni la tuvo al final.
Genaro y Roberto, de penalti, le dieron la vuelta al marcador tras una muy buena salida de los vestuarios del Málaga en la segunda mitad. Era previsible encajar algún gol ante un equipo al que se le caen, había que reaccionar bien, y los blanquiazules lo hicieron. El Málaga vuelve a La Rosaleda con todas las posibilidades intactas.
Entró bien al partido el Málaga, sin dejar a los locales acercarse al área de Herrero, con una llegada prometedora de Roberto. Aunque fue Alfon el que tuvo la primera clara con un disparo desde el borde del área tras un buen recorte a Manu Molina, demasiado contemplativo. El Celta movía de un lado a otro, como se esperaba. Y con esas, se abrió un boquete en lado derecho de la defensa malaguista para que Alfon se metiera hasta la cocina, con Puga fuera de sitio y con Larrubia defendiendo de forma imperdonable. Recorte y gol. Un mazazo.
Dio un paso adelante al Málaga metiendo balones en el área. Larrubia remató al aire un balón en el punto de penalti. La buena noticia es que el Málaga no se puso nervioso, maduró las jugadas, consciente de que la eliminatoria es eterna. Así se plantó Víctor García en el área, a trompicones, y la puso atrás para Genaro, que la reventó. Se le fue fuera por poco. Era el minuto 30. Y lo siguiente fue una internada de Larrubia por la derecha tras un buen pase de Dani Lorenzo que el de La Luz estrelló en el poste. Remató con la derecha y el rechace le llegó a las botas de Víctor García, que la puso de primeras y Roberto remató arriba.
Pero la amenaza de un equipo con chispa era constante. Y Blanco se sacó un tiro con rosca con la zurda desde la esquina derecha para mandarla a la escuadra. El larguero impidió el segundo. Blanco la volvió a tener pero se le fue desviado. El ritmo se paró hasta el final de la primera mitad, que se acabó con una ocasión clarísima para Dani Lorenzo, que dribló dentro del área pero remató con la zurda al lateral de la red.
Salió el Málaga decidido de la caseta. Tan decidido que a la primera sacó un córner. Lo botó Manu Molina, la pelota le llegó de vuelta y la metió de nuevo al corazón del área, donde llegó el corazón del Málaga, Genaro, para mandarla a la red.
Aunque al filial vigués la clase se le cae. Cinco minutos después Hugo Álvarez entró por la izquierda y la cruzó con el interior para mandarla al palo. La pelota se paseó por la línea mientras al malaguismo se le salía el corazón por la boca.
Más tarde fue Larrubia el que la tuvo tras un robo en tres cuartos de campo, pero remató flojo ya dentro del área. No se la había acomodado bien.
Y el viento terminó de cambiarle al Málaga cuando Roberto peleó un balón en la banda que no iba a ningún sitio. Se lo llevó y se metió en el área. Llevaba a dos compañeros al lado pero el último control se le fue. Metió la puntera y Raúl García lo derribó. Penalti y gol del de Puente Genil, que lo tiró con muchísima maestría. 1-2 con veinte minutos por delante.
Había cambiado el escenario, el Málaga se había hecho con los espacios y con los tiempos del partido. El empate de Genaro le vino como agua de mayo. De ahí al final el Málaga decidió dormir el partido, pero el Celta fue perdiendo los papeles y el Málaga no tuvo colmillo para ir a por más con un filial celeste fuera de sitio. Y eso se suele pagar. En el 93', ya sin Genaro conteniendo en el centro del campo, Bruno Iglesias filtró un balón de muchos quilates dentro del área y Pablo Durán le ganó la espalda a Nelson Monte remantando de primeras mandando la pelota a la red por debajo de las piernas de Alfonso Herrero. 2-2 y sabor agridulce de un Málaga que pudo traerse más, pero es un resultado que hubiese firmado cualquiera para la vuelta. La tuvo Dioni justo después en su cabeza con un balón que le puso de dulce Kevin desde la izquierda. Pero está vivo el Málaga.