El Málaga CF se rebeló de forma contundente frente a la ley del ex en el fútbol y remontó en el Nuevo Mirandilla un 2-0 en contra al descanso que llevaba la firma de Javier Ontiveros, futbolista non grato para el malaguismo. Tirando de alma, como siempre hace este equipo, pero también de raciocinio y del librillo de Pellicer, fue capaz de irse incluso de la Tacita de Plata con la sensación de haber podido conseguir algo más, como si los tantos de Dioni y Castel en la segunda mitad pudiesen haber sido más.
Fue un partido con las estadísticas igualadas, en el que la diferencia con la que el Cádiz se fue al descanso no reflejaba lo que se había visto en el césped, y en el que no hubo atisbo de la amenaza climática que había puesto en duda incluso la disputa del choque. Quizás algo en las gradas, con sólo media entrada en el estadio gaditano. Sólo un pequeño chaparrón cayó durante los noventa minutos.
Otro empate del Málaga, que salvo contra el Elche, sigue mostrándose como un equipo ultracompetitivo, que nunca se da por vencido. Son doce puntos, quizás se eche de menos alguna victoria más, pero llegarán, como a punto estuvo de llegar en Cádiz, aunque los de Paco López pudieron haber sentenciado en alguna ocasión muy clara el choque.
Pellicer tenía que hacer al menos tres cambios obligados y fue los que hizo. Sorprendió con Sangalli en el lugar de Ochoa. Kevin e Izan ocuparon los lugares de Cordero y Luismi. Manu Molina se volvía a colocar en el pivote e Izan se descolgaba más arriba. Tras una primera parte gris, el canterano fue creciendo y acabó el partido de central.
Nada más empezar Izan metió un balón a Larrubia a la espalda de la defensa, pero el '10' no vio la alocada salida de David Gil, que había abandonado la portería. Y a los cuatro minutos Kevin se aventuró hasta que llegó a la cocina a trompicones. Gil la sacó de la esquina. Fue buena la puesta en escena del Málaga.
Pero el Cádiz templó el arranque del Málaga. A los diez minutos tiró de pizarra con Zaldua rematando un córner sin dejarla caer que se le fue arriba por poco. Los de Paco López contrarrestaron la salida del balón blanquiazul, con un Moreno Aragón que dejaba jugar. Ontiveros se aventuró con una arrancada desde la derecha y un disparo que Herrero mandó a córner. El Cádiz mandaba y enchufaba a los suyos en la grada.
Doblete de Ontiveros
Se rehizo el Málaga de ese dominio hasta que la pelota llegó a Brian por la banda izquierda, encaró a Gabilondo a la puso al segundo palo para que se cumpliera la dolorosa ley del ex. Ontiveros remató con precisión de cirujano con la cabeza para mandarla a la esquina, donde era imposible hasta para Alfonso Herrero. Era el minuto 24. Lo peor que le podía pasar al Málaga frente a un equipo lleno de dudas. Lo dejó golpear primero.
Respondió bien el Málaga con una contra por la izquierda y un remate franco para Larrubia, que estrelló la pelota en un defensa. El equipo estaba vivo. Pero empezaba otro partido.
A la media hora empezó a arreciar la lluvia sobre el Nuevo Mirandilla. El Málaga había dado un paso adelante que le permitió el Cádiz con su ventaja en el marcador. Pero faltaba más claridad cerca del área, donde era capaz de llevar la pelota.
En el 38' apunto estuvo de hacer diana Dioni con un cabezazo puesto con veneno desde la izquierda por Víctor García. Hizo volar a David Gil. Se había hecho con el mando el Málaga. Pero eso había que aprovecharlo. Como no lo hizo de nuevo el '17' cuando dejó atrás a David Gil y mandó la pelota fuera con la portería vacía. Estaba muy escorado.
Y la crueldad extrema se cebó con el Málaga. Otra vez la conexión Brian-Ontiveros en la siguiente jugada. El extremo la puso al segundo palo, donde llegó el marbellí para mandarla de cabeza al palo y meterla para dentro. Tarde extremadamente cruel con el Málaga hasta el descanso en el Nuevo Mirandilla.
Pellicer movió el árbol en el descanso para dejar fuera a Gabilondo, señalado en los dos goles, y Sangalli, muy impreciso con la pelota, y meter a Puga y Dani Lorenzo. Pero en el arranque el Cádiz se mostró muy superior, con Brian perdonando el tercero. El Málaga era incapaz de hacerse con la pelota.
Dos delanteros para buscar el empate
Pero cuando peor estaba el Málaga, Larrubia encontró la espalda de la defensa cadista, de un nivel ínfimo, y Dioni se plantó solo delante de David Gil para esta vez sí, resolver con astucia. 2-1 y vida para los blanquiazules.
Aunque en la siguiente Brian volvió a colarse hasta la cocina con la pelota para poner un balón atrás que se quedó muerto después de que Alfonso Herrero la tocara. Entre varios jugadores del Málaga le negaron la mayor a Carlos Fernández y la pelota se fue a córner.
Pellicer metió a Yanis por Kevin y el Málaga tenía una misión, ser capaz de superar el muro que levantó Kouame delante de la defensa amarilla. El marfileño era un bastión. Aunque la tuvo Puga en el 60', pero remató flojo con la izquierda. Era una ocasión clarísima.
Dani Lorenzo estaba encontrando los caminos para llevar la pelota a zona peligrosa, pero el Málaga se mostraba indolente. Izan o Larrubia tuvieron opciones claras de disparo que mandaron a las manos de David Gil.
En el 70' Paco López retiró a los dos tormentos para el Málaga, Brian y Ontiveros. Pellicer aprovechó para meter a Castel por Larrubia y jugar con dos delanteros. En el Cádiz había entrado otro ex, Iván Alejo.
Fue Sobrino el que en el 78' perdonó un mano a mano tras una contra en la que dejó atrás a Nelson tras un buen recorte dentro del área. Ahora le faltaban piernas al Málaga arriba, y el Cádiz juntaba bien las líneas atrás, justo cuando más lo necesitaba.
La última bala de Pellicer fue retirar a Pastor por Juanpe en el 80'. Izan pasó al centro de la defensa. Lo siguiente no fue consecuencia del cambio. Pero supo a gloria. Víctor peleó una pelota en la izquierda, se la dejó atrás dentro del área a Dani Lorenzo, que se revolvió y disparó seco. El rechace lo recogió Castel y para dentro. Ahora sí, el marcador reflejaba lo que estaba ocurriendo en el cómputo global del partido.
Aunque el Cádiz seguía teniendo dinamita, esta vez fue De la Rosa el que llegó a la línea de fondo para poner una pelota que se paseó por el área. La respuesta fue una llegada de Puga por la derecha para que Castel rematara alto algo forzado. No iba a haber tregua hasta el final. O eso parecía.
Pero ya no había fuerzas y el derbi andaluz se cerró con un empate justo por lo visto en el Nuevo Mirandilla, con mejor sabor de boca para un Málaga que fue bravo y supo esperar el momento para empatar el partido cuando se le había puesto muy cuesta arriba. Un punto que hay que hacer bueno ahora con dos citas consecutivas en La Rosaleda. El Málaga no se rinde.