Antoñito Cordero besando el balón durante un partido.

Antoñito Cordero besando el balón durante un partido. Málaga CF

Málaga C.F.

El Málaga CF o las mil formas de ser irreductibles

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Hasta en tres ocasiones estuvo a punto de cantar gol el Oviedo en La Rosaleda este sábado. Pero no fueron acercamientos de ‘¡uy!’. Fueron tres ocasiones de las que cuando se están cociendo se ven más dentro que fuera. Pero no entraron. Entre Manu Molina, Alfonso Herrero y la falta de puntería volvieron a dejar al Málaga CF vivo. De mil formas sobrevive el cuadro de Pellicer.

No es la primera de la que se escapa en Málaga, que las ha visto de todos los colores, desde la remontada con diez al Albacete hasta la igualada contra el Oviedo, porque a pesar del desenlace del partido, hay que poner el foco en lo que se vio en los noventa minutos.

Como un gato, el equipo de Pellicer tiene siete vidas. El primero que lo sufrió en sus carnes fue el Albacete en la jornada 3. Que claudicó en el último instante del descuento tras más de un tiempo contra diez y desperdiciando un penalti a favor que hubiese sido casi insalvable.

La siguiente lección de supervivencia llegó en Granada, respondiendo a dos directos al mentón. Primero Cordero respondió a Carlos Neva. Después Nelson, cuando todo parecía perdido puso el empate en el 93’. El último giro del guion estaba reservado para Alfonso Herrero, que le detuvo el penalti a Weissman en el 98’.

Tras el varapalo contra el Elche, en La Coruña se esquivaron varias balas, con un Lucas Pérez con el punto de mira desviado. Y de ahí a Cádiz, donde un 2-0 con un doblete de Ontiveros para el que al Cádiz le bastaron dos ráfagas de calidad de Ocampo tampoco fue un obstáculo para que el Málaga sacara la cabeza. Incluso, tras el empate de Sergio Castel, se imaginó por un momento culminar la remontada, que no llegó. 

Este sábado, contra el Oviedo, el Málaga estuvo varias veces cerca de la lona. Anulado durante la primera media hora, en la que Manu Molina sacó un balón en la línea de gol con Herrero batido por completo, y tirando de nuevo del 'san' Alfonso Herrero para que sacara con la punta del pie un mano a mano con Hassan. Después fue Moyano el que desperdició un mano a mano cruzándola algo desviado. 

Fueron algunas de las siete vidas que tiene el Málaga por partido, pero volvió a salir ileso frente a un rival que durante la mayor parte del choque superó a los de Sergio Pellicer, va sacando puntos de todos los colores. Aunque el del sábado deja un regusto más que amargo.