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No fue un empate más. Lo que conquistó el Málaga CF en La Romareda contra el Real Zaragoza trasciende el punto que otorgan las igualadas en el fútbol profesional. Por cómo lo consiguió y por cómo lo estaba consiguiendo antes de la expulsión de Kevin Medina, que sin ninguna duda condicionó el devenir del encuentro. Es un partido que le puede servir al vestuario para hacer todavía más sólido el grupo y la piña que se ha formado dentro de esas cuatro paredes. 

Se plantaba el conjunto blanquiazul en La Romareda frente a un Real Zaragoza que sólo tenías tres puntos más que lleva toda la temporda en los puestos altos de la clasificación. Parceiera que el que ha coqueatado con el ascenso directo en todo lo que va temporada es el Málaga. 

En los primeros 35 minutos, antes de la expulsión de Kevin, el Málaga frenó el arreón inicial del Real Zaragoza para después ir poco a poco imprimiendo su sello al encuentro. Por momentos, los de Pellicer estaban por encima de su rival, incluso tras la expulsión, el equipo cerró la primera mitad con un par de ataques con peligro muestra del arrojo de este equipo. 

Fue admirable la forma de desplegarse por el césped de los de Sergio Pellicer en la segunda mitad. Durante muchos minutos, la sensación era de que en el césped había once jugadores contra otros once. Pero no era así. Lo suplició el Málaga con oficio, con solidaridad entre los compañeros y con un clínic de cómo saber interpretar las situaciones que requería el encuentro. 

Y donde no llegó la resistencia, que fueron pocos rincones, sí estaba Alfonso Herrero, que volvió a sostener a los suyos cuando llegó el agua al cuello. La parada que le hizo con la pierna derecha a Luna en el minuto 70 pasa directamente a formar parte de la colección de intervenciones del toledano. 

La de Luna es una de las 58 paradas que lleva en la Liga el meta toledano, el que más para de toda la competición, tal y como publicó LaLiga este lunes en las redes sociales oficiales. 

Como una de las notas positivas del choque, está la repetición de Julen Lobete en el once titular. El guipuzcoano empieza a tener ritmo y minutos y Pellicer lo ha separado de la banda en los dos últimos encuentros para situarlo como segundo delantero, donde es un peligro constante, y además concecta mucho más pelota. 

Contra el Cartagena estuvo más de sesenta minutos en el campo y La Romareda supeó los setenta. 

Todo suma en este Málaga cuyo próximo partido es nada menos que contra el líder incontestable, el Racing de Santander.