No gana el Málaga CF. De ninguna manera. Ni aunque lo acaricie. Se le escapa como contra el Almería. Lo tocaba con la punta de los dedos, pero la incapacidad de cerrar el partido a la contra y la suerte esquiva en esta ocasión, con un gol en propia puerta de Álex Pastor en el 96', impiden al conjunto blanquiazul sumar de tres en tres. Y eso se traduce en que, de momento, tiene que poner sus cinco sentidos en mirar a la zona de descenso para despegarse de ella y no meterse en problemas.
Por segundo partido consecutivo en La Rosaleda el sabor es muy amargo, porque los dos mejores equipos de la categoría -Racing de Santander y UD Almería- hasta el momento se han escapado vivos de Martiricos. El Mirandés, ahora segundo, tampoco pudo ganar en Málaga. Pero a ninguno de ellos logró el equipo de Pellicer doblarle la mano. Por eso, esta jornada la cierra el conjunto malaguista más cerca del descenso que de las posiciones de playoff por primera vez en lo que va de curso.
El Málaga tiene 23 puntos después de 18 jornadas. Ha ganado cuatro partidos, ha empatado once y ha perdido tres. Está a once puntos del ascenso directo, a seis del playoff (la sexta posición) y cinco por encima del descenso. Tratándose de un recién aterrizado en la categoría, no son malos números, pero las expectativas eran algo más altas, pero había que demostrarlo en el césped.
Sergio Pellicer verbalizó en la rueda de prensa después del derbi andaluz contra el Almería que quizás el equipo tenga menos puntos de lo que se ha reflejado en ese césped. Es cierto que el Málaga no ha salido de comparsa en ningún partido, pero le ha costado abrochar cualquier victoria mucho sufrimiento. De hecho, las cuatro han sido por la mínima. Por tanto, no ha terminado de mostrarse como un conjunto ganador.
Sufre mucho para generar ocasiones claras y, mucho más, para hacer goles. Además de la salsa del fútbol, lo que marca la diferencia. Sin goles, sin cerrar partidos como el del domingo, ahora tiene que centarse en mirar hacia abajo. Es la condena de este Málaga.