En el fútbol a veces sólo las dinámicas explican lo que sucede en el césped. Y a ellas se puede recurrir para explicar lo sucedido en el El Molinón, donde el Málaga CF ha castigado al Sporting de Gijón con tres picotazos en las tres veces que ha pisado el área, mientras veía como entre Alfonso Herrero y el larguero frenaban a los locales y le daban al Málaga nada más y nada menos que 30 'puntazos' para cerrar la primera vuelta con su primera victoria lejos de La Rosaleda. Baturina y Dioni en dos ocasiones, con otra exhibición excelsa del portero blanquiazul, firman una victoria tremenda de los de Sergio Pellicer.
En un partido en el que Málaga incluso estuvo lejos de competir en algunos momentos, con el Sporting acechando durante toda la primera mitad el área visitante, los blanquiazules dan un paso de gigantes para acercarse al objetivo de los 50 puntos, que todavía están muy lejos, pero que permiten irse de vacaciones durmiendo a pierna suelta.
Lo que no se ha visto en toda la temporada, excepto las paradas estratosféricas de Herrero, llegó este sábado en El Molinón. Se estrenó Baturina, se ganó por primera vez fuera de casa, la efectividad fue casi del cien por cien en el área contraria. Pellicer, en el últimos de los excesivísimos diez minutos de descuento, miraba al banquillo alentando a los suyos.
Volvió a mover el once el técnico de Nules, aunque menos de los esparado. Dos novedades sólo con respecto a la victoria contra el Eldense. Puga por Gabilondo y Álex Pastor por Galilea. Baturina, Cordero y Dani Sánchez se mantuvieron en el once.
A los diez minutos Alfonso Herrero ya había hecho dos milagros. Le hizo una parada a Campuzano de las que no se ven, de las que están al alcande de pocos porteros cuando el delantero del Sporting fusiló a quemarropa con la zurda un centro que llegaba desde la derecha. Dos minutos después volvió a salvar otro 'expected goal' a Gaspar Campos.
No fue un arreón inicial del Sporting, sin milagros de por medio, fue la tónica de toda la primera mitadn, en la que el Málaga no compareció. Le costaba superar la presión del Sporting, que siempre recuperaba muy rápido la pelota. Las veces que pasó del centro del campo fueron contadas. Un disparo de Larrubia sin peligro fue el único bagaje ofensivo del que, por sensaciones, era el peor Málaga de la temporada, que parecía muy lejos de tomarle la temperatura al partido.
Ejercicio de efectividad tras el descanso
Pero los de Rubén Albés sumaban hasta este sábado una victoria en los últimos seis partidos. Su dinámica era negativa. Y nada más salir de la caseta, Roko Baturina controló con el pecho al borde del área y sin dejarala orientó el cuerpo para sacar un disparo raso y seco al que Yáñez no pudo llegar. Sin nada, el Málaga ganaba 0-1.
Pero poco cambiaron las cosas. La respuesta local fue atacar y estrellar dos balones estrellados en el larguero de Alfonso Herrero. Pablo García en el 57' y Nacho Méndez en el 64'. Sin ocasaciones claras, el Sporting continuó merodeando el área de Herrero, que se mostraba firme por arriba.
El Málaga, por su parte, era incapaz de quedarse con la pelota. De hilvanar una jugada. Los cambios tampoco daban aire. Dioni y Kevin entraron por Baturina y Larrubia y más tarde lo hicieron Ochoa e Izan Merino por Cordero y Lobete.
Hasta que en el 82', después de una contra del Málaga en la que Ochoa le faltó mordiente al final, Muresan se fue a la pantalla para examinar el origen de la jugada. Un córner que no pudo despejar Kevin y la pelota dio en la mano de Manu Molina.
Penalti que lanzó Campuzano y detuvo Herrero, pero en el rechace no perdonó el jugador del Sporting para poner el empate. Pero lejos de espolear a los locales, el gol le dio un impulso al Málaga, que por primera vez pudo salir de la cueva.
Y en una de esas, en el 86' la pelota cayó en las botas de Dioni dentro del área, que controló con la zurda, se la acomodó, y se sacó de la chistera un remate callejero para mandarla al palo largo entre las piernas de varios defensas inalcanzable para Yáñez.
Muresan se vino muy arriba a la hora de señalar el descuento, dando diez minutos de alargue por la demora en las consultas del VAR para el penalti y el gol de Dioni. Pero para lo que sirvió fue para sentenciar el choque y cerrar un 2024 ya grabado para siempre en la memoria.
Con el Málaga llegando con gente arriba merced a los espaciones, Izan devolvió de cabeza para dentro del área un rechace de la defensa local, Dioni, que soplaba las 35 velas este sábado, se las apañó para quedarse con la pelota y mandarla para dentro, situar al Málaga en los 30 puntos al final de la primera vuelta igualando precisamente al Sporting y mandar a los malaguistas a cantar villancicos con alegría entre polvorones, como los que demostró su equipo, y brindar por 2025. Que se parezca al 2024.