Unicaja de Málaga demostró en su estreno en el Martín Carpena de la Basketball Champions League, la nueva competición continental que esta temporada está disputando el conjunto cajista, que su superioridad de momento es clara y manifiesta en esta primera fase del torneo. Los de Fotis Katsikaris se impusieron con comodidad al Lavrio Megabolt griego, que no dejaba de ser el subcampeón heleno, pero que no pudo frenar la calidad cajista.
Con un destacado Brizuela (16 puntos y 19 de valoración) secundado por Abromaitis (15 puntos y 22 de valoración), aunque con una buena actuación coral del juego exterior, Unicaja no encontró oposición para conseguir su segundo triunfo en esta novedosa competición y para colocarse líder del grupo C. Una defensa activa le valió para frenar el ímpetu de los griegos, que tuvieron a Tyson Carter a su mejor hombre con 21 puntos.
Buena salida
De salida, Unicaja arracó con buen juego de Brizuela y con minutos de intensidad para no dejarse sorprender. Un parcial de 13-4 donde Abromaitis tomó el protagonismo con siete puntos fue la carta de presentación de la competición ante su afición. Pero reaccionaron los griegos para igualar el partido y el final del primer cuarto se saldó con empate a 20. Era un espejismo porque los de verde -este miércoles de blanco-, hicieron los deberes pronto.
El segundo cuarto arrancó con intercambio de canastas. Apareció Bouteille -con 6 puntos casi seguidos- y también Jaime, pero los helenos se resistían a claudicar. Al ecuador del cuarto, Unicaja dominaba 33-26. Y pusieron tierra de por medio antes del descanso los de Katsikaris con el 38-29. Al descanso, tras otro arreón cajista, se llegó 45-35 con clara ventaja verde y con un Abromaitis de pico alto.
La vuelta de vestuarios tuvo protagonismo cajista para seguir ampliando la renta. A lomos de un inspirado Brizuela y con un Abromaitis enchufado, Unicaja no bajó el pistón y le valió para mantener, como mínimo, la renta en el marcador. Y aunque Carter, por el lado griego, se puso a enchufar de manera compulsiva, el juego colectivo de los de Katsikaris evitó cualquier sorpresa antes de afrontar el último asalto (66-56).
Y en el último cuarto, Unicaja siguió a lo suyo. Ritmo alto de anotación, como viene siendo costumbre, y alta intensidad defensiva para robar y correr. Con más acierto exterior que interior, pero con viento a favor para llevarse el segundo triunfo de la nueva competición europea. Buenos minutos de Barreiro, Brizuela y Francis. Un triunfo revitalizador para hacer olvidar la derrota en Manresa y para preparar el duelo del fin de semana contra el FC Barcelona de Liga ACB.