El Unicaja cayó ante el Barcelona, líder de la Liga ACB y de la Euroleague, vendiendo muy cara su piel, compitiendo como un titán y luchando contra las adversidades. Acabó perdiendo en el día que homenajeaba a Carlos Cabezas en plena fiesta ante 6.000 espectadores, pero el Carpena volvió a rugir como en los mejores tiempos, entró en combustión ante una posible remontada y se marchó orgulloso de su equipo, que no pudo ganar pero que cayó de pie, sin hincar la rodilla en ningún momento.

Fue una derrota que pudo ser victoria si en los momentos decisivos el arbitraje sibilino no hubiera hecho de las suyas. Una doble técnica a Jaime Fernández, algunas faltas de dudosa veracidad y un cambio de criterio en los últimos segundos con un balón decisivo que salió por línea de fondo fue demasiado para los de Fotis Katsikaris, que fueron de menos a más, pero también a remolque tras un pésimo arranque anotador.

Gran homenaje

Y es que posiblemente lo mejor que hizo ayer Unicaja fue el homenaje de despedida a Carlos Cabezas. Retirar la camiseta en un club está al alcance de muy pocos y el 10 del base malagueño ya cuelga desde el techo del Martín Carpena junto al 5 de Berni Rodríguez con un merecido reconocimiento en el descanso.

Homenaje a Carlos Cabezas en el descanso del partido. ACB Media

Volvió a ser un acto emotivo, con un vídeo con algunos de sus entrenadores y excompañeros. Boza Maljkovic, Veljko Mrsic, Pepe Sánchez, Sergio Scariolo o Pau Gasol, entre otros, reconocieron la figura del malagueño. Jorge Garbajosa, ahora presidente de la Federación Española de Baloncesto pero también excompañero de Cabezas, le entregó una camiseta de la selección con el 10 a la espalda. Y Berni, su antiguo escudero, le hizo entrega de un trozo de parqué enmarcado. Todo justo antes de descubrir el 10 en el techo del Palacio de los Deportes y con todo el pabellón en pie abrazando al bueno de Carlitos, que recibió también el cariño sobre la pista de excompañeros como Fran Vázquez, Walter Herrmann o Jesús Lázaro.  

Competitivo

Mucho del carácter de Carlos Cabezas rescató Unicaja en este partido. Porque cuando parecía que tendría poca historia para los de Katiskaris, que casi salieron derrotados desde el arranque, tornaron esa negatividad en trabajo y acierto. La realidad es que el Unicaja de antaño se dejaba llevar en este tipo de duelos y ante resultados tan adversos, llegando a ir perdiendo de 13. Pero ahora algo ha cambiado y el equipo compite hasta el último balón. De ahí a convertirlo en victorias queda sólo un paso. 

Buena parte del acierto cajista lo basó en su defensa. Y ahí creció el bloque verde con un buen partido de Michael Eric (15 puntos y 25 de valoración), de Abromaitis y de Bouteille. Pero no así de Jaime, que estuvo algo descentrado y terminó por desquiciarse con las dos técnicas. No fue suficiente para parar a Kyle Kuric, una pesadilla en el acierto con 18 puntos, ni a Higgins, que fue el primero en hacer daño.

Mal inicio

De salida, los de verde encajaron un parcial de 2-10 que obligó al técnico griego a parar el partido. Higgins veía una piscina en el aro y con nueve puntos casi seguidos abría distancia en el marcador. Sólo Michael Eric en la pintura arrojaba algo de luz. Al final del primer cuarto, 11-23.

El Unicaja seguía intenso en defensa, acumulando robos, pero también malísimas decisiones en ataque. Una técnica de Davis pudo cambiar el rumbo del partido, pero la falta de acierto desde tres (0 de 11) y la precipitación en la zona lo mantenía lejos de ser competitivo. Al descanso, 23-35.

Reacción 

Pero en la segunda mitad, la pelota comenzó a entrar. Bouteille rompió al fin la mala racha desde el triple y el Unicaja comenzó a recortar distancias poco a poco. Al ecuador del cuarto, 36-44. Pero el Barça no daba su brazo a torcer. Y si Unicaja encontraba facilidad en el aro rival, los culés hacían lo propio en el aro verde. El penúltimo asalto se saldó con 49-58.

El partido seguía los mismos derroteros, pero la polémica arbitral también hizo acto de presencia. Dos técnicas casi seguidas a Jaime, algunas faltas más que discutidas y todo condicionado para que Unicaja no tuviera opción alguna a reaccionar. Al ecuador del cuarto, 57-70. Con Jaime fuera, Brizuela asumió responsabilidades, aunque sin acierto. Y se colocó a 7 a falta de 2.30 para el final. Cinco puntos seguidos de Cole puso el Carpena patas arriba y puso el partido a dos de distancia a un minuto del final. Y de nuevo, polémica. Un balón de banda a favor de Unicaja fue revisado para darle la pelota al Barcelona. Abromaitis metió sólo un tiro libre. Pero Higgins no falló los dos suyos y el partido se acabó (73-75).

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