Unicaja de Málaga tenía que ganar y ganó. Bajo esa premisa, todo lo demás puede parecer secundario pero la realidad es que el equipo cajista no tuvo rival y se impuso con suma facilidad al francés. Una victoria plácida, la tercera consecutiva en la , que sirve para recuperar confianza la ACB, que otorga casi medio billete para la siguiente fase y que certifica que de momento esta competición se le está quedando pequeña a los de verde.

triples, hasta 15 con un 57,6 por ciento de acierto, los de Katsikaris acabaron con facilidad con un Dijón mermado por las bajas. El rival, teóricamente más físico, no puso oposición al Unicaja en cuando metió el acelerador en el partido. Una buena puesta ofensiva, donde hasta cuatro jugadores pasaron de los diez puntos, donde Rubén Guerrero agarró confianza y donde Suárez sumó minutos de vuelo. Pero nada más. Poco más que rescatar de un partido que por momentos parecía un entrenamiento con público.

Ahora Unicaja ya piensa de nuevo en la ACB, donde hay muchos deberes por hacer y la competitividad es mayor. Otro hecho destacado del partido fue el reconocimiento que el club cajista le hizo a los colectivos que han protegido a la ciudadanía durante la pandemia por su encomiable labor:  Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil. En el descanso, el club les hizo entrega de una camiseta del Unicaja represente de cada colectivo.

Acierto

Arrancó con acierto exterior Unicaja, que fue una demostración de por donde irían los derroteros del encuentro. Tres triples seguidos eran toda una declaración de intenciones, aunque el Dijón aguantó el tirón y llegó empatado al ecuador del cuarto (11-11). La entrada de Suárez dio más empaque al equipo, que en este arranque de defensa y cerró el cuarto 21-22.

Fue sólo un espejismo, porque Unicaja, bombas exteriores, amplió su distancia. Hasta ocho triples anotaron los de Fotis, que basaron todo su juego en el triple. A mediados del cuarto, Unicaja ya había comenzado a abrir brecha (32-27). Pero la falta de acierto, y casi de intensidad, se hizo notar para llegar al descanso con ventaja cajista: 36-29.

Quedaba dar un estirón en el marcador para dejar el partido encarrilado y así sucedió en la reanudación. Brizuela y asumieron responsabilidades y comenzaron a ver aro con facilidad. En el ecuador del cuarto, el Unicaja ya tenía una distancia considerable de (44-30). Y con la aportación de Francis Alonso, el partido se fue hasta los (62-34) poco antes de cerrar el cuarto. Pese a la superioridad, lo más llamativo fue que el primer rebote ofensivo del partido para Unicaja llegó a 1.44 del final del tercer cuarto, a manos de Carlos Suárez.

Con el partido muy encarrilado, el equipo cajista afrontó el último cuarto casi como un entrenamiento. Katsikaris repartió minutos, evitó males mayores y certificó que esta competición, hasta la fecha y en estos primeros compases es un paseo para Unicaja. No hubo reacción ni sorpresa y Unicaja acabó ganando 83-54. 

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