Navegar en los mares del Unicaja ha sido una auténtica odisea. Temporales fuertes, con viento y oleaje violento. ¿Se pueden sacar lecturas positivas de la temporada? Habría que rebuscar mucho, pero las sensaciones globales no han sido nada postivas. Muchas expectativas en el inicio de la campaña para... para nada porque a estas alturas a los cajistas solo les podría quedar una baza para salvar el año que es más una quimera que una realidad: entrar al play-off de la Liga Endesa.
Todo comenzó con la no clasificación a la Copa del Rey. Tampoco es que le pusieran mucho empeño para conseguirlo, pero el objetivo siempre había sido competir y estar entre los ocho mejores para estar en Granada. No lo buscaron con fuerza y se quedaron fuera por otros como Manresa, Murcia y Breogán que sí trabajaron. Aquel fracaso ya fue un punto importante en la trayectoria de la temporada 21/22 y parece que no ha sido el único en este naufragio cuando precisamente las sensaciones con la plantilla eran mejores que el año anterior.
Sin embargo, llegó la BCL, tan querida por selectos individuos, contados con una mano, y repudiada por otros. El objetivo era claro: ganar para tener un premio económico mayor que el de la Eurocup. Además, también se apuntó a que iba a permitir más descanso, ya que se jugaba cada dos semanas, pero la historia ha quedado lejos. El Unicaja ha caído contra el Manresa en los cuartos de final, un equipo infinitamente superior en el primer partido y que ganó por calidad individual en el segundo.
La historia con esta competición europea ha ido de desgracia en desgracia, más allá del nombre y de la historia de algunos rivales. El primero de todos llegó con la derrota ante el Dijon (78-68). después vino el Lavrio Megabolt (70-58) en una última jornada donde los cajistas no se jugaban nada y acabaron perdiendo la imagen en el desastre, pero no fue el último. Esa derrota ante el Prometey (70-69) y ante los de Pedro Martínez (86-63) sentenciaron a un equipo que lo ha tirado todo por la borda esta temporada.
Y no es solo eso. El Unicaja vivió su segunda temporada consecutiva con un cambio de entrenador a mitad de temporada. Ibon Navarro llegó a un Unicaja malherido mentalmente y con un juego al baloncesto más de equipo de colegio que profesional. Sin embargo, no fue el único movimiento. Se marchó Norris Cole y el equipo perdió a Micheal Eric en febrero por una rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de la rodilla izquierda. Llegaron Dejan Kravic, Matt Mooney y Cameron Oliver. Sin olvidar ese fichaje frustrado de Devin Williams, que se une al de Marco Spissu en verano.
La situación no queda ahí. El presente no es del todo optimista con el equipo. Este jueves llega el partido contra el Barça, el líder de la Liga Endesa y lo hará sin la presencia de Alberto Díaz. Tras la acumulación de minutos por la importancia del canterano y la ausencia de Jaime Fernández, Ibon Navarro no podrá contar con el base por unos problemas musculares en su pierna izquierda. Por el momento, solo será baja para el partido de este Jueves Santo. Aunque lo cierto es que el Domingo de Resurrección vuelve a haber partido cajista contra el Lenovo Tenerife (12.30 horas).
Calendario ACB
Si ha sido difícil todo el año, la condescendencia no va a ser la protagonista del final. El Unicaja se lo jugará todo ante rivales con una clasificación superior, a excepción del San Pablo Burgos que buscará certificar matemáticamente la salvación. La Semana Santa la cerrarán el Barça (el partido atrasado de la jornada 19) y el Tenerife, el primero como visitantes y el segundo en el Martín Carpena. No obstante, mayo lo cerrarán Joventut y Baskonia, es decir, cuatro equipos que ahora mismo se encuentran entre los ocho mejores clasificados de la competición. Desde luego que no son buenas noticias.
Pero es que en mayo tampoco llegarán. El San Pablo Burgos iniciará el mes, un equipo cada vez más rodado y ajustado a las exigencias de Paco Olmos. Después llegará el Baxi Manresa, precisamente quien ha separado a los malagueños, con todo el merecimiento, de su deseo por estar en la Final Four de la BCL en Bilbao. Y si el Unicaja llegara a la última jornada jugándose algo, aunque fuera esa novena posición, lo haría contra el Breogán en el Pazo dos Deportes, quien podría ser un rival directo por esa plaza.
Tres victorias separan ahora mis al Unicaja de ese octavo puesto de play-off (Baskonia). Quedan siete partidos y habría que pensar en un milagro para que sucediese. Sin embargo, el único balance pasa por otro año perdido en la historia de un club que va cuesta abajo y sin frenos.