Solo bastó ver el primer cuarto para confirmar que iba a ser un encuentro para disfrutar de un baloncesto eléctrico, sin pausas, con dos equipos que funcionaron desde la defensa hasta que comenzó el intercambio de canastas más loco.
Una vez el Unicaja anotaba, el Granada, impulsado por su afición presente en un recinto que rugía cada segundo, lograba responder en transición con mates y pases rápidos hasta que apareció la figura de Nihad Djedovic, que metió 15 puntos en nueve minutos con tres triples consecutivos sin fallo.
Aquella explosión de acierto en ataque de los malagueños pilló a contrapié a los granadinos, que encararon el segundo cuarto con una desventaja de trece puntos (29-16). El ritmo vertiginoso bajó y el cometido de los de Ibon Navarro fue mantenerse regular en defensa, optando por Melvin Ejim y David Kravish por dentro.
En esa zona interior tendría trabajo Cristiano Felicio, que estaba siendo el faro anotador de su equipo, pero en el segundo cuarto el Granada sufrió una laguna demasiado grande en su acierto, y eso lo aprovechó el equipo local para coger más distancia (+12) y marchar al descanso por delante.
Tal nivel estaba dando el alero bosnio Djedovic que una canasta más tiro adicional provocó que la hinchada verde lo coreara al grito de '¡MVP, MVP!'. Su confianza fue el pilar de un Unicaja que estaba a mitad del tercer cuarto con números inapelables: 73 por ciento en tiros de dos y siete triples anotados.
Las pérdidas y los errores en tiros sencillos condenaron al Covirán Granada, pues no estaba encontrando como le gustaría a los Luke Maye, Alex Renfroe, Cristiano Felicio y compañía; mientras tanto, el Unicaja seguía con puño de hierro, aunque cediendo poco a poco el terreno (67-56, minuto 30).
El cuadro malagueño siempre tiene momentos calientes en su pabellón, lugar donde la inercia de la grada lo catapulta en el juego, y ese momento llegó en tres jugadas de alta intensidad que volvieron a ser un mazazo a un Granada con cada vez menos autoestima.
El ejemplo más ilustrativo fue una técnica y una antideportiva que terminaron con fallo de los tiros libres de Thomas Bropleh y un intento de triple de Renfroe que no tocó ni el aro, y sin aprovechar esas oportunidades, el Unicaja no suele perdonar, mucho menos en su estado de forma actual.
Un triple de Brizuela desde la esquina a falta de 5:19 para el final fue la estaca definitiva para el Granada, que se desinfló en el último tramo y se pone con un balance de cuatro victorias y tres derrotas, el mismo que el Unicaja, que sigue en una dinámica muy positiva.
- Ficha técnica:
94 - Unicaja (29+23+15+27): Alberto Díaz (12), Brizuela (11), Djedovic (20), Osetkowski (15), Lima (4) -cinco inicial-, Perry (12), Thomas (0), Kavish (6), Ejim (4), Kalinoski (3), Carter (7).
64 - Covirán Granada (16+24+16+12): Renfroe (17), Tomás (0), Maye (5), Ali (4), Felicio (16) -cinco inicial-, Bropleh (11), Todorovic (5), Christian Díaz (6), Niang (4), Costa (0), Iriarte (0), Jacobo Díaz (0).
Árbitros: Óscar Perea, Esperanza Mendoza y Raúl Zamorano.
Incidencias: Partido de la séptima jornada de la Liga Endesa disputado en el Pabellón José María Martín Carpena ante 9.107 espectadores.