El sueño volvió a repetirse dieciocho años más tarde. El Unicaja volvía a ganar la Copa del Rey el pasado 19 de febrero y, pese a que han pasado trece días desde entonces, la afición cajista seguía en una nube. Desde primera hora de la tarde de este sábado, en las inmediaciones del Palacio de los Deportes Martín Carpena se vivía un ambiente muy festivo. El Unicaja había hecho historia y había que disfrutarlo por todo lo alto. 10.602 almas llenaron las gradas hasta los topes.
El club de baloncesto permitió además a los aficionados poder fotografiarse con el trofeo antes de acceder al interior del palacio. Muchos sabían que la expectación iba a ser muy grande, así que llegaron pronto para evitar la cola y por otro motivo aún más especial. El Unicaja citó a la afición a las 17.35 horas. "Os esperamos en vuestro asiento", indicaba el club. ¿El motivo? la proyección del documental que han rodado durante la Copa del Rey. En riguroso silencio y después de que el Girona hiciera el pasillo de honor y respeto al campeón, la afición lo siguió atentamente a través de la pantalla situada en el centro de la cancha. Especialmente emotivo fue el momento en el que Brizuela cuenta cómo vivía un momento agridulce durante el transcurso del campeonato. Pese a ir pasando de ronda, el peor partido lo estaba jugando fuera de Badalona con su hijo recién nacido, que estaba en la UCI. Todo el Carpena se volcó de nuevo con el jugador.
Como es habitual cada vez que el Unicaja gana un trofeo, también tuvo lugar el despliegue de una nueva bandera de campeones en el techo del Carpena. A las que cuelgan; la del 2000/2001, de la Copa Korac; la de la Copa del Rey, de 2005; la de Campeones de la ACB, de 2005/2006; y a la de Campeones de la Eurocup, de 2016/2017; a partir de hoy se suma la de Campeones de la Copa del Rey 2023.
La afición ha acompañado al despliegue de la bandera con aplausos y, por supuesto, cantando el himno de Pablo López a viva voz. El Carpena se caía por el equipo y también volvía a repetir que "Ibon tiene un plan", mientras que él no perdía la sonrisa en ningún momento. Sin embargo, el momento verdaderamente emotivo que puso los vellos de punta a todos los cajistas fue cuando Alberto Díaz ofreció la copa al público mientras en pantalla se recordaba el momento en el que rodeado de papelillos de color dorado la subía al cielo. En el momento que se firma esta pieza, el Unicaja gana casi de veinte puntos al Girona, por lo que parece que motivación tras esta montaña de emociones no le falta.