El Unicaja de Málaga no tiene un clavo ardiendo al que agarrarse cuando un partido entra en zona caliente. Tampoco un hombre que sea el que tira del carro cuando las cosas se tuercen. El juego del Unicaja no gira en torno a ningún jugador del equipo. A la hora de la verdad, no hay un hombre al que darle el balón. Porque se lo pueden dar a cualquiera. Eso es lo que ha construido Ibon Navarro en la entidad de Los Guindos, una obra coral levantada en solo una temporada que ya se ha traspasado todos los objetivos que desde las oficinas se plantearon en verano.
El máximo exponente de lo que es capaz este equipo fue lo que se vivió este jueves en la pista del Martín Carpena, en el que los pupilos de Navarro borraron del mapa a un equipo de la consistencia de Lenovo Tenerife, a pesar del mal primer cuarto del conjunto malagueño.
Con un segundo cuarto de récord, con 37 puntos encestados, el Unicaja cimentó una victoria que supuso el pase a las semifinales de la ACB seis años después, y aunque las estadísticas puras y duras dieron con Kendrick Perry como MVP del partido, la victoria de ayer, en medio del júbilo de las gradas del Carpena, tiene muchos nombres, prácticamente, todos los que saltaron a la pista en algún momento del partido.
Más allá de Perry, el hombre del partido fue Tyler Kalinoski, que con un triple y una acción de dos más uno cambió el partido. Le dio nuevos bríos al Unicaja y todos sus compañeros se unieron a la fiesta de un modo u otro.
Uno de ellos fue Jonathan Barreiro, que volvía del dique seco en el que ha estado varios partidos y lo hizo dándole al equipo la energía que necesitaba en la pista, como reconoció Ibon Navarro en la rueda de prensa y el público coreando su nombre.
Cinco jugadores se fueron por encima de los diez puntos (Kalinoski, 21; Perry, 16; Brizuela, 13; Ejim, 12; y Osetkowski, 10). En este aspecto, Brizuela apareció cuando se le necesitaba.
El rebote fue otro ejercicio coral del Unicaja, con Osetkowski destacando con siete capturas y Barreiro haciéndose notar.
Sin Alberto Díaz, todos tuvieron su momento de importancia en el partido. Sima y Kravish fueron los más grises de la noche pero ambos aportaron en la faceta defensiva.
En Badalona fue Tyson Carter, en Tenerife, Osetkowski, el jueves Kalinoski y Perry, pero siempre son todos. Ahora más que nunca, como reconoció Ibon Navarro tras el partido. "Tengo el problema de que muchos jugadores están muy bien".
El vitoriano, con los objetivos de la temporada cumplidos, tiene a todo el orfeón afinado para medirse al FC Barcelona. Que le quiten lo bailado.