El pasado viernes, con motivo del Día Internacional de la Mujer, EL ESPAÑOL de Málaga publicaba la historia de Nadia Bahrynovska, una mujer de 73 años que llegó a la Costa del Sol en febrero de 2022 huyendo de la guerra de Ucrania. Salir de su país fue difícil. En aquel momento, estaba muy débil a causa del cáncer de ovarios que padece y tuvo que recorrer a pie la frontera de Moldavia acompañada de su hija, en unos días llenos de confusión y mucho dolor.
En Málaga le esperaban Julia, su nieta, que llegó a la ciudad hace ocho años, y Pablo, la pareja de esta. Ambos se han asegurado de que en Málaga no le falte absolutamente nada a Nadia. La relación entre la nieta y la abuela es preciosa. Son uña y carne. Nadia dejó su empleo como maestra infantil cuando nació Julia para poder cuidarla y así permitir que su hija siguiera trabajando, por lo que llevan toda la vida muy unidas.
Desde su llegada, Julia, consciente de todo el amor que le ha dedicado su abuela y lo mucho que ha sacrificado por ella, se propuso hacerle lo más bonita posible su vida en España a través de vivencias especiales y experiencias nuevas.
En la región donde vivían ambas, por ejemplo, Chornomorsk, no había cultura del deporte de la pelota naranja, pero Nadia seguía mucho el fútbol de equipos como el Real Madrid o el Dinamo de Kiev. Sin embargo, el novio de Julia, Pablo, que lleva años siguiendo al Unicaja, se encargó de darle, sorbo a sobo, dosis 'cajistas' a esta entrañable abuela amante del deporte. Así, poco a poco, se fue enamorando del Unicaja de Málaga.
Tanto es así que en 2019, Nadia vino a Málaga de visita y la pareja decidió llevarla a un partido en el Martín Carpena. La ucraniana quedó boquiabierta con el ambiente que se respiraba en la grada. Aquel fue su primer contacto con el club, pero lo que marcó un antes y un después en su vida fue la llegada de Kendrick Perry en junio de 2022.
Llevaba tiempo siguiendo los partidos, pero lo que la enganchó al equipo fue el gran carisma del jugador de Florida. "Yo creo que a su edad lo ve como un familiar cercano al que coges cada vez más cariño, como un hijo", contaba su nieta Julia en la entrevista. A tanto llega esta pasión por el jugador, que la ucraniana incluso cuenta con una fotografía de Perry pegada en la pared de su habitación.
Pues bien, tras publicar EL ESPAÑOL de Málaga la historia de Nadia, el mismísimo Kendrick Perry, a través de su cuenta de X, le agradeció su cariño y le prometió que le daría una fotografía como la que tenía en su cuarto, pero firmada y enmarcada. Lo que no sabía Nadia es que este lunes él mismo se la daría en un bonito encuentro que no olvidará en la vida.
El encuentro
Nadia acudió al Palacio de los Deportes Martín Carpena uniformada con su camiseta y acompañada de su familia. Su hija, su nieta y el novio de su nieta también vestían las elásticas verdimoradas del equipo para la bonita ocasión. Todos menos Nadia conocían lo que iba a ocurrir verdaderamente en torno al parqué del Carpena.
Nadia creía que iba a ver de cerca un simple entrenamiento de los jugadores, como le trasladamos su nieta y esta redactora en la primera entrevista. Pese a ello, pasó el fin de semana tejiendo unos calcetines de los colores de Unicaja, pues adora hacer ganchillo, con la esperanza de poder hablar con alguien del club para que se los hiciera llegar a Perry. "Aunque ella no lo tenía seguro, se ha dejado las manos para hacerlos. Suele tardar cuatro o cinco días y los ha tejido en dos", aseguraba su nieta antes de que su abuela cumpliera el sueño.
Toda la familia estaba nerviosa, pero ella, aún más. En la recepción del estadio, Bahrynovska hizo kilómetros caminando de un lado a otro y observando todo a su alrededor, nerviosa perdida, hasta que Rosa Mariscal, la responsable de prensa del equipo, vino a recogernos. "Esta noche no va a dormir", bromeaba la familia.
Tras bajar unas escaleras, la organización les enseñó la pista, donde había decenas de operarios trabajando. El domingo se había celebrado un evento de Hot Wheels y estaban poniendo a punto el parqué. Los ojos de Nadia eran los de una niña pequeña viendo la cabalgata de Reyes. Derrochaban ilusión.
Más aún cuando le explicaron que podrá ver junto a su familia un partido prácticamente a pie de pista en cuanto haya disponibilidad. La conversación estaba teniendo lugar de espaldas a la puerta de entrada de los jugadores al terreno de juego, por lo que Kendrick Perry aprovechó para sorprender a su incondicional seguidora por la espalda.
Nadia no sabía dónde meterse. Ni en sus mejores sueños creía que iba a tener la oportunidad de conocer a su jugador favorito. Tras el shock inicial, ambos se fundieron en un bonito abrazo. En los rostros de los familiares se podía palpar la emoción del momento. Nadia estaba cumpliendo un gran sueño.
Para permitir seguir con su labor a los operarios, el encuentro se trasladó al pasillo, decorado, por cierto, con los rostros de los jugadores, y tonalidades verdes y moradas. Allí tuvo lugar un intercambio de regalos. Si bien Perry le entregó el prometido marco de fotos firmado, ella le otorgó esos bonitos calcetines hechos a mano con tanto cariño.
Aunque ella solo habla ucraniano y un poco de alemán y Perry inglés y un poquito de español, ambos se entendieron perfectamente entre gestos de cariño y admiración. Así, igualmente, Julia actuó de traductora entre ambos cuando se producían conversaciones más largas. El jugador quiso aprovechar para recordarle a Nadia que era una persona "muy fuerte", con "mucho coraje" y que estaba muy "contento" de haberla podido conocer en persona.
Además, Perry le agradeció el apoyo que le da tanto a él como al resto del equipo y le aseguró que trabajarían duro para "mantener el orgullo de seguidores como ella" arriba. Por su parte, Nadia le recordó lo mucho que le gustaba su personalidad, siempre tan alegre, y su infinito carisma, ambos aspectos claves para el resto del equipo.
Mientras se producía el encuentro, algunos jugadores entraban y salían del gimnasio. También Ibon Navarro, que se paró a saludar a Nadia --ruborizada-- y se sacó una fotografía con ella reconociendo haber leído su bonita historia de superación. La ucraniana admira muchísimo su manera de gestionar el equipo, pero, por supuesto, como cualquiera de los mortales, también la elegancia y belleza que desprende el entrenador.
Tras sacarse una infinidad de fotos en familia y sola con Kendrick Perry, Nadia subió las escaleras para salir del recinto llena de emoción, en una nube, con la emoción de un niño y con una única palabra en español en la boca: "Gracias".
La alegría de Nadia se reflejaba, como en un espejo, en las caras de sus familiares. Aunque la guerra fue un duro mazazo para todos, a miles de kilómetros, la vida, por H o por B, les ha permitido estar juntos, en una ciudad que ya sienten como suya y con un equipo que. pase lo que pase, no olvidarán en la vida.