Este miércoles se ha celebrado el I Encuentro de branding organizado por EL ESPAÑOL de Málaga con la colaboración de la Diputación Provincial y la participación de Sigfrido Molina, fundador de Sigfrido Fruit, y Borja Adrián, director comercial de Finca La Torre. En este primer encuentro también ha estado presente la responsable de la marca Sabor a Málaga, Leonor García Agua.
“Te he traído el mejor aceite español”, así entraba en abril de 2017 el expresidente Aznar a la casa de Bertín Osborne. Durante unos segundos comentaron el diseño original del envase: “¡Qué bonita la botella!”. La productora retiró las etiquetas, pero en el mundo de los aceites se conocía muy bien: era una botella de Finca La Torre, un producto que en seis años ha logrado cinco veces el galardón como mejor Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) de Alimentos de España.
No es sólo cuestión de botellas, que también. La clave del éxito de esta almazara de Antequera (Málaga), que produce en torno a 100.000 litros de aceite al año, es el cuidado y la calidad del producto. El responsable principal es Víctor Pérez, un ingeniero agrónomo jiennense que en 2011 tomó la dirección de la finca que hoy está removiendo los cimientos de un mercado tradicional.
En el encuentro sobre branding organizado el pasado miércoles, Borja Adrián recordó la importancia del producto a la hora de crear y sostener una marca de éxito como Finca La Torre: "Si dentro de una botella bonita lo que hay no es bueno, no sirve de nada".
Así, Leonor García Agua, de Sabor a Málaga, intervenía para recordar cómo en ocasiones había personas que pensaban que se trataban "de botellas de perfume en lugar de aceite". Y es que la botella es pura diferenciación tanto por dentro como por fuera.
Cada recipiente de aceite lleva un lacre con el año de producción, porque en Finca La Torre sólo y exclusivamente venden el aceite que se extrae en el año en curso. Es decir: la cosecha de aceituna de finales de 2021 se comercializa durante los siguientes 12 meses... Eso en el caso de que no se acabe antes: "Nosotros vendemos el aceite del año, y cuando se acaba, se acabó", afirma Adrián.
El secreto es mantener la calidad y para hacerlo sólo pueden "mantener el aceite en las mejores condiciones". En ese sentido, el representante de Finca La Torre afirma que: "No exportamos si no están garantizadas las condiciones óptimas", e insiste: "Lo que nosotros no hacemos es sacar aceite en barcos sin más. Los contenedores alcanzan temperaturas altísimas y cuando llega al destino después de varias semanas, el aceite ha perdido todas sus propiedades".
Borja Adrián recordaba en la I Jornada de branding de EL ESPAÑOL de Málaga con la colaboración de la Diputación Provincial, que en alguna entrega de premio al mejor aceite de España se atrevió a hablar con una ministra: "Me acerqué y le dije que España tenía que regular las condiciones de exportación, porque si no se controla la calidad del producto, perdemos todos".
Y para hacerlo entender a los asistentes abundó con un ejemplo: "Nos pidieron mandar aceite a Japón, y lo hicimos bajo nuestras condiciones: cuando el cliente lo abrió nos llamó para decirnos que nunca había probado un aceite así. Eso es lo que buscamos".
Hay una práctica habitual en el sector, que es comprar aceitunas a terceros para envasar bajo una marca: "Eso no lo hacemos nosotros. En Finca La Torre sólo se envasa y se vende lo que se produce en nuestras parcelas". Así, Adrián recuerda que en sus primeros años, cuando acudía a ferias de productores, "se me acercaban para ofrecerme aceitunas para hacer nuestro aceite. Claro, yo acababa de llegar al sector y casi que no sabía de qué me hablaban".
Después de varias negativas, Adrián indica que "todos me decían que ya volvería a comprarles, que todos empezaban así pero luego compraban de fuera... Nosotros, en Finca La Torre, no hemos hecho eso ni lo vamos a hacer".
Pero los primeros años no son fáciles en la creación de ninguna marca y hay que buscar sostén económico: "Para hacer sostenible la empresa, llegamos a molturar aceite para clientes que nos lo pidieron. Nos encontramos con que apenas vendieron un 10% de su producción, porque no tenían una estrategia".
Así que la estrategia de Finca La Torre es "crecer poco a poco, sabiendo que podemos doblar la producción que tenemos ahora mismo", pero hasta llegar a ese punto "hay que ir despacio y mantener la calidad".