Una hora, cuatrocientos mil dólares. Son los honorarios que el expresidente de EEUU Barack Obama ha acostumbrado a cobrar en los años pasados por dar una conferencia, según la prensa estadounidense, y dan una idea de cuánto habrá podido embolsarse por su participación en el congreso DES 2022, en Málaga. La suya ha sido una ponencia estelar de 60 minutos que ha causado gran expectación: en torno a un millar de personas han asistido a su conferencia, para la que había que poseer un "Pase de honor" valorado en 1.990 euros... Mejor no terminar las cuentas.
La sesión titulada Una conversación con Obama estaba programada a las 11:30 horas de este martes, pero no ha sido hasta algo más de diez minutos antes del mediodía cuando el exdirigente estadounidense se ha subido al escenario. Las puertas del auditorio no abrieron hasta las 11:20 h y la cola para acceder al mismo —al más puro estilo aeropuerto— se extendió durante una duración de en torno a 20 minutos.
Cuando el exdirigente subió a las tablas, fue aplaudido e incluso vitoreado, a lo que respondió como una rockstar: "¡Amo España!", fueron sus primeras palabras, y aseguró que siempre que puede, viene al país. A partir de entonces y a preguntas de una de las organizadoras del evento, Silvia Avilés, fue desgranando en inglés y sin traducción simultánea algunos de sus temas fetiche desde que salió del despacho más poderoso de Occidente, incluyendo una invitación a reflexionar en torno a la jornada laboral de 4 días o 35 horas semanales.
Obama no se salió en exceso del guión de los consensos internacionales en torno a digitalización o transición ecológica. Resaltó que jamás se había vivido un cambio tecnológico tan masivo en tan poco tiempo como el smartphone, subrayó las oportunidades de inversión en las energías limpias y criticó la ruptura del orden internacional que supone la invasión de Ucrania por parte de Putin.
Uno de los temas en el que fue más incisivo es la transformación de la cultura laboral que puede suponer el avance de la inteligencia artificial. "Vamos a tener que reimaginar cómo se distribuye el trabajo", defendió el expresidente. Desde su perspectiva, trabajos más automáticos como los de la industria manufacturera o los camioneros desaparecerán "eventualmente", mientras que quedarán empleos más creativos o en los que el factor humano marque la diferencia: educación o sanidad, entre otras "profesiones que ahora infravaloramos e infrapagamos".
"Quizás tengamos que hacer ajustes sociales, como la jornada semanal de 35 horas en vez de 40", planteó, para luego volver a provocar risas del público con otro guiño local: "Me aseguran que la gente en España no toma siestas tan largas, pero no sé si eso es verdad".
Con traje oscuro y camisa blanca sin corbata, se mostró tranquilo y bromista en ocasiones. Desde el domingo, ha estado disfrutando en la lujosa Finca Cortesin, un complejo de 5 estrellas a medio camino en la localidad malagueña de Casares, cerca de Marbella. El coste por noche en cada una de sus 67 espaciosas suites ronda los 1.500 euros, aunque una reserva de última hora en las mismas noches que ha estado Obama allí llegaba a los 7.000 euros. El lunes, además, se jugó unos hoyos en el considerado mejor campo de España, Valderrama Golf, en el municipio gaditano de San Roque.
Otra de las tesis que defendió Obama es la de un "capitalismo inclusivo" —apostó por "contar un mejor relato sobre la solidaridad en nuestros países"—, compaginar la lucha por los retos globales con el arraigo a nuestra identidad y ser "más rápidos" y "más creativos" para no ser superados por la derecha por China.
No hizo grandes revelaciones sobre sus años en la Casa Blanca, más allá de contar que tomaba ocasionalmente Martini los viernes y sábados. También confesó que su mujer, Michelle Obama, se ha escapado en ocasiones a la Costa del Sol a beber vino y tomar el sol. ¿Suficiente para retirarse en España? "Soy de Hawaii y allí también se está bien", sentenció provocando nuevas risas.
Obama se fue entre aplausos en pie algo antes de las 12:50 horas, prácticamente una hora de reloj desde que entró. Eso sí: tuvo tiempo para pasar unos minutos de conversación y alguna broma con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no dudó en compartir las imágenes en redes sociales y señalarle en su posterior discurso como referente. "¿Cómo puede ser que yo parezca más viejo y tú más joven?", le había dicho Obama apenas unos minutos antes.