Tobias Greiling nunca se habría imaginado que acabaría montando una empresa de éxito, casándose con una sevillana, teniendo dos niños y viviendo en Marbella. Nació en la localidad alemana de Rottweil en 1978, en plena Selva Negra. "Es muy idílico, pero allí no hay nada que hacer", bromea en un buen español con toques germánicos.
Recibe a EL ESPAÑOL de Málaga en la sede de su compañía, Ansasol, en la zona residencial de Elviria. De hecho, la oficina es un antiguo chalé reconvertido en espacio de trabajo aunque mantiene la piscina y un gran jardín. "A veces hacemos barbacoas y nos bañamos", destaca sonriente, aunque tampoco es lo habitual. Es un lugar acogedor y hace un sol espléndido que anima a la conversación.
Greiling hizo un año de bachillerato en Estados Unidos y posteriormente se fue a Colonia a estudiar Económicas. Cuando terminó la carrera empezó a trabajar en una empresa alemana de energías renovables y allí conoció a Robin Schöck.
Este último había decidido tomarse un año sabático y se fue a Marbella porque sus abuelos tenían una casa. Era 2004, se estaban dando sustanciosas primas en España para promover la energía renovable y decidió crear una empresa. Llamó a Greiling para que fuera su socio y éste dejó su Alemania natal y se vino a la Costa del Sol.
Le pusieron de nombre Ansasol por un dios hindú y tenían toda la ilusión del mundo. Hasta que se toparon con la burocracia y con la idiosincrasia española. "Pensaba que iba a ser fácil como en Alemania, pero las primeras licencias no las obtuvimos hasta dos años después, en 2007. A eso había que añadirle que, al ser extranjeros, no teníamos contactos locales, apenas hablaba español y las reuniones eran distintas a las alemanas. Allí es reunión y fuera, en España hay que ir a comer, te presentan a amigos...", recuerda con una sonrisa irónica.
A base de tesón y de contratar a españoles, lograron su primer proyecto. Era 2008 e hicieron una planta fotovoltaica en Antequera de dos megavatios en colaboración con otras empresas. Posteriormente hicieron otra en Casabermeja.
En 2012 bajaron las primas a las renovables y luego las eliminaron. El 80% de las empresas del sector se fueron a Sudamérica, pero ellos prefirieron quedarse. "Nosotros no quisimos irnos. Sabíamos que no íbamos a tener ingresos a corto plazo pero pensábamos en futuro. Redujimos la plantilla e hicimos huertos solares. En 2013 había ocho proyectos en toda España y tres eran nuestros", explica Greiling.
Aguantaron bien el chaparrón, aunque también apostaron por diversificar el negocio. Schöck se fue a vivir a Tarifa y allí entraron en el mundo de la promoción inmobiliaria y construyeron el hotel La Residencia Puerto con 55 habitaciones.
En el campo energético, entre 2017 y 2019 empezaron a realizar proyectos de gran envergadura. Fue la primera empresa española en construir una instalación fotovoltaica sobre suelo de gran tamaño. Era, por aquel entonces, la mayor de Europa y la primera en hacerlo sin primas ni subvenciones. Un huerto solar de 180 megavatios.
En estos momentos, Ansasol cuenta con una treintena de proyectos de energías renovables repartidos por varias provincias españolas, de los cuales 6 están en Málaga. Greiling asegura que faltan puntos de enganche, hay saturación en las redes y volatilidad en los precios, lo que está complicando el crecimiento del sector y la atracción de inversiones.
Desde hace dos años están trabajando también en el hidrógeno verde y sus derivados. Reconoce que esta tecnología aún está en una fase inicial porque es difícil de transportar, faltan infraestructuras y consumidores, pero el CEO de Ansasol considera que es una buena apuesta de futuro y aplaude la intención de la multinacional china Hygreen de abrir en Málaga una fábrica de componentes.
"Es un proyecto muy interesante y es un impulso para que puedan bajar los precios porque los electrolizadores son caros. Es importante que se vayan dando los primeros pasos para que sea una tecnología fiable y haya inversores", comenta Greiling, quien confía en poder trabajar con Hygreen en proyectos conjuntos.
Mientras tanto, Ansasol sigue siendo una empresa de éxito. Tiene 40 empleados, en 2023 facturaron 25 millones de euros y en 2024 esperan llegar hasta los 40 millones de euros con la construcción de varios huertos solares.
"Las previsiones son positivas. Veo crecimiento fuerte en cinco años, pero puede que haya tiempos de espera entre medias mientras encajan las cosas, especialmente las normativas y las tecnologías", dice Greiling, un alemán que dejó la aburrida Selva Negra para triunfar personal y profesionalmente en Málaga y que lo ha conseguido.