La economía malagueña sigue viviendo en su particular oasis gracias al fuerte crecimiento del turismo y de las exportaciones. Ambos batirán un nuevo récord en 2024, lo que permitirá elevar el PIB provincial en torno al 3,7%, un alza superior a la media regional, nacional y europea.
"Málaga sigue su propio camino, una evolución que nos sitúa con cada vez mayor fortaleza y proyección no sólo respecto de España, sino a nivel internacional". Lo ha dicho este martes Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga y de Andalucía, en la reunión de su comité ejecutivo y de la junta directiva para hacer balance de 2024.
En materia de empleo, Málaga está mucho mejor que hace un año. Se han alcanzado cifras récord de ocupados, de afiliados a la Seguridad Social y se consiguió reducir la tasa de paro hasta el 12% en verano, cerca de la media nacional.
En la Confederación de Empresarios de Málaga han destacado que "2024 está siendo un año de consolidación del impulso económico de la provincia de Málaga, tras el periodo de recuperación posterior a la pandemia, que se refleja también en parámetros como el ritmo de creación de empresas y alta de autónomos, liderando Andalucía y ganando posiciones a nivel nacional. En este sentido, prácticamente 4 de cada 10 nuevas sociedades mercantiles en Andalucía se crean en Málaga".
Los peligros y retos
Crecer un 3,7% está genial, pero siempre hay incertidumbres. La primera es prácticamente estructural, ya que el 85% de las empresas son micropymes y así es más difícil competir en mercados globalizados. "Nuestras empresas necesitan ganar competitividad, ser más productivas y crecer en tamaño", ha dicho González de Lara.
Es uno de los mensajes que el presidente de la patronal andaluza y malagueña lleva repitiendo desde hace 20 años. Ha habido avances en este tiempo, pero lógicamente queda mucho por recorrer para que las empresas sean cada vez mayores y se beneficien de las economías de escala.
Otras de las piedras en el camino son, según González de Lara la presión fiscal, las trabas administrativas o la excesiva y compleja regulación que dificultan la actividad económica "desincentivando la iniciativa empresarial y ahuyentando la inversión".
"La inestabilidad política actual y las injerencias en el marco del diálogo social, con el aumento constante de los costes sociales y laborales para las empresas, están haciendo mella, generando desconfianza", ha añadido el máximo representante de los empresarios andaluces y malagueños.
González de Lara también ha reclamado más inversiones en infraestructuras relacionadas con el transporte ferroviario, el agua o la vivienda así como la creación de más oficinas y espacios productivos para generar más actividad.