Málaga

Queramos o no, el futuro pinta eléctrico en los coches. Entre normativas y tendencias se está intentando invertir la curva de venta de vehículos tradiciones de combustión de combustible por la de los vehículos movidos por un motor eléctrico. Aunque no está claro que los eléctricos a batería sean la opción dominante en unos años, la mayoría de las marcas está creando modelos con esta configuración.

Polestar es una marca desconocida para la mayoría de los ciudadanos, y eso es un gran inconveniente. Por ello, llevan algunas semanas de ruta por muchas ubicaciones del país para dar a conocer el modelo que ya está a la venta en España, el Polestar 2, que además se ha podido probar durante estos días, ya que cinco unidades del modelo han estado expuestas en Muelle Uno, un sitio ideal para este propósito.

Polestar es una marca que pertenece a Volvo, con capital y fabricación chinos, y que hereda su tecnología y diseño, aunque con comercialización independiente. De hecho, la idea es que las ventas se realicen online y que solo haya algunas ubicaciones físicas en España que servirán para dar información del modelo y poder probarlo, pero nunca para venderlo.

Con ello se pretende eliminar el concesionario tradicional y ahorrar en costos y descuentos, en una apuesta que pretende hacer del vehículo un modelo exclusivo, aunque por ese canal no se podrá conseguir el volumen de ventas de los concesionarios tradicionales. La red de concesionarios Volvo será la encargada de dar la cobertura posventa para revisiones y mantenimiento.

El diseño del Polestar 2 es nórdico, y eso se demuestra en el minimalismo imperante en su puesto de conducción, donde no hay nada más allá de lo imprescindible. De hecho, no tenemos ni botón de arranque. Esto no quiere decir que esté infraequipado sino que, siguiendo la tendencia minimalista que parece que muchas marcas quieren dar a los vehículos eléctricos, la vista de su interior está enfocada a la armonía visual, aunque sea a costa de tener que entrar para configurar cualquier cosa en la pantalla vertical de 11 pulgadas que gobierna la parte central del habitáculo.

El acabado y calidad de materiales está al nivel de los vehículos Premium, lo que unido a la suavidad y silencio de los vehículos eléctricos hacen del Polestar 2 un auténtico placer al conducirlo. Su aplomo en carretera es sobresaliente y el paso por curva sumamente efectivo, al menos en la unidad que probamos, la Performance Pack de 474 CV, la más potente y deportiva de las que se van a comercializar en España, con un motor en cada eje y tracción total, aunque son más razonables las versiones menos potentes, que ya disponen 224 CV y tracción delantera, más que suficientes para movernos en nuestras carreteras, incluso para un coche que está un poco por encima de las dos toneladas de peso.

Pero lo más importante para los compradores de eléctricos es la autonomía y en este modelo se va hasta el entorno de los 450 kilómetros reales aunque el ciclo homologado indique más, lo que cubre de sobra las necesidades de cualquier conductor en un uso habitual del coche. Otra cosa es los viajes de más de esos kilómetros, que implicará paradas en los cargadores, sobre todo los más potentes y rápidos, cosa para lo que está preparado el Polestar 2.

Además, en las versiones menos potentes, con tracción a un eje, llantas más pequeñas y batería de más capacidad, la autonomía puede llegar hasta los 480 kilómetros reales siempre que no abusemos del acelerador. Pero, a estas alturas, con trenes y aviones low cost dentro del país, ¿quién necesita coche para hacer viajes largos?

Los precios parten desde 52.900 euros antes de ayudas en las versiones menos potentes y muy poco por encima de los 60.000 euros para las más prestacionales.