Nos guste o no, los cambios que se avecinan en lo referente a movilidad serán tan importantes que poco tendrá que ver con la que ahora tenemos. Para muchas empresas esto puede suponer un fin de ciclo y, quizá, su desaparición. Para otras, solo supondrá un desafío para el futuro, reconvirtiendo sus procesos para adaptarse a lo que va a llegar. Este es el caso de Tecnobús.
Manuel Romero es un autodidacta que desde niño ha sentido una especial atracción por todo lo que tenga que ver con la mecánica y la tecnología. Después de empezar como mecánico en la histórica compañía de autobuses Alsina, decidió hace tres décadas emprender un proyecto personal en el que todas sus habilidades se pusieran al servicio de sus clientes, creando Tecnobús, un referente en el sector del transporte por carretera.
Durante todo este tiempo la empresa ha ido entrando en distintos campos del transporte pero siempre alrededor de los grandes motores, y no nos referimos solo a los de los camiones y autobuses, sino a motores verdaderamente grandes que se usan en barcos, trenes o grandes generadores de electricidad, moles inmensas de 20 cilindros y 5.000 cv de potencia.
Convertir un motor en bifuel, es decir, que pueda funcionar con dos tipos de combustible es habitual desde hace tiempo, sobre todo en los motores de gasolina, combinándolos con el gas, tanto gas licuado del petróleo (GLP) como gas natural comprimido (GNC). Lo que no es tan habitual es que estas modificaciones se hagan en motores diésel, y más aún, que sean gigantescos motores diésel como el que mencionaba antes.
La verdad es que el ahorro de combustible se queda en torno al 20 % contra casi el doble de ahorro en un motor de gasolina, pero también es verdad que el número de kilómetros que recorre un vehículo industrial es mucho mayor, por lo que la amortización también es rápida.
Por servir de ejemplo, el precio medio del Autogas (GLP) en este momento está sobre 0,95 euros, contra 1,41 euros de media que cuesta el diésel cuando escribimos este artículo. Pero lo mejor no está en eso, sino que, además, con la modificación se consigue la tan preciada tarjeta ECO, que permitirá al vehículo entrar en zonas restringidas al resto de vehículos, y eso en el transporte por carretera, tanto de pasajeros como de mercancías, es fundamental. Adicionalmente, el trabajo que soporta el motor es menor, pudiendo alargar los períodos de mantenimiento y haciendo que los elementos móviles del mismo sufran mucho menos.
Manuel Romero nos comentaba que “Tecnobús ve una oportunidad de crecimiento en este campo, realizando todo el proceso de conversión de los vehículos, desde la modificación mecánica hasta la administrativa, entregando al cliente su propio vehículo, ahora con motor bifuel, que puede funcionar con diésel y gas indistintamente y que además portará la tarjera ECO de la DGT”.
El ayuntamiento de Málaga ha firmado un acuerdo para modificar un autobús de la flota de la EMT y otro de Limasam con el fin de comprobar cómo funciona esta tecnología, que se ofrece como una alternativa real ante la dificultad de la electrificación del transporte por carretera con la tecnología actual de baterías.