Es quizá la más peligrosa de las situaciones que podemos tener al volante de un vehículo, por lo impredecible de la misma y por las graves consecuencias que puede acarrear si nos ocurre. El aquaplanning es el efecto por el que al pasar por una balsa de agua en la carretera los neumáticos no son capaces de desalojar ese agua que recorren sus acanaladuras, por lo que las ruedas, y por consiguiente el propio vehículo, se levantan del suelo y pierden el contacto con el asfalto.
¿Podemos anticipar un aquaplanning? Realmente no, porque no podemos saber la profundidad de la lámina de agua, así que la velocidad que llevemos es determinante en sus consecuencias ya que cuando el coche se levanta del asfalto dejamos de tener dirección y frenos por unos instantes, lo que puede dar lugar a un accidente.
Sí hay algo que podemos hacer cuando nos ocurre: no frenar y no levantar el pie del acelerador en el momento que pasamos por encima de un gran charco de agua. Tengamos en cuenta que sin dirección o frenos no podemos hacer movimientos de ningún tipo, solo esperar a salir del charco, lo que lleva un par de segundos que se hacen eternos. Entonces podremos retomar nuestra conducción con suavidad, aminorando la velocidad, porque si nos ocurre en un tramo es señal de que esa carretera está inundada y con posibilidades que nos vuelva a suceder unos kilómetros después.
Mientras más gastado está un neumático, menos dibujo para evacuar agua tendrá, por lo que el aquaplaning puede ocurrir a menor velocidad. Así que si conocemos las condiciones de nuestros neumáticos es mejor adaptar nuestra velocidad a las condiciones de la vía. Cabe recordar que incluso con neumáticos nuevos es imposible evitar que nos ocurra el aquaplaning ya que depende de la cantidad y profundidad de la balsa de agua y de la velocidad que lleve el vehículo.
Por último, ninguna de las ayudas de la conducción en materia de seguridad que los coches modernos equipan puede evitar que nos ocurra un aquaplaning, así que más nos vale estar atentos a las balsas de la carretera cuando llueve copiosamente, reduciendo la velocidad antes de llegar a ellas.
En un mes de octubre excepcionalmente caluroso y seco será difícil que nos encontremos por ahora en una situación de aquaplaning, pero si hay una época en la que podamos tener lluvias torrenciales, esta suele ser el otoño que acaba de comenzar.