Un coche en plena nevada.

Un coche en plena nevada. Pexels

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Lo que hay que tener en cuenta al viajar en coche en invierno

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Llega la Navidad y con ella el principio del invierno, el período en el que más precaución debemos tener al volante en estas latitudes del planeta. También las fiestas navideñas llevan aparejados muchos desplazamientos, casi todos para estar en familia.

Si bien es cierto que el tren se ha convertido en una alternativa, no todos los destinos están conectados por vía férrea, por lo que el automóvil es todavía la opción mayoritaria para moverse, ya sea por vacaciones o por estar con la familia en otra capital o comunidad autónoma.

Aunque no lo pueda parecer, las inclemencias meteorológicas son el principal motivo por el que se nos puede arruinar un viaje invernal. Ciertamente, viajar ahora en coche nada tiene que ver con hacerlo en los años setenta u ochenta, donde la inexistencia de autovías, unos coches mucho menos cómodos y seguros y la ausencia de teléfonos móviles, hacía de un simple viaje un riesgo real en caso de mal tiempo.

Sin embargo, a pesar de los avances en seguridad y en red viaria, no está de más tomar una serie de precauciones básicas a la hora de ponernos al volante, que detallamos a continuación.

Consultar la previsión meteorológica. Puede parecer algo obvio, pero muchos conductores salen a la carretera a un viaje largo, mínimo 400 kilómetros, sin consultar el tiempo que va a hacer por esa ruta. Hoy día las previsiones son bastante exactas y nos ayudarán a decidir si debemos viajar o no.

Decidir la ruta. Si tomamos como ejemplo un viaje desde Málaga a Alicante, hay dos opciones para llegar a ese destino, una de ellas por Granada pero pasando por el Puerto de La Mora, de 1400 metros de altura, que puede estar nevado en el periodo invernal. Como tenemos otra opción por Almería, es decir, por la costa, por esa ruta nunca encontraremos nieve, por lo que nos ahorraremos un problema.

No dejar el depósito por debajo de la mitad. Siempre es mejor llenar el depósito a la salida, porque conocemos mejor las gasolineras cercanas y no las de la ruta, pero aún es más importante no dejar que esté el nivel por debajo de la mitad. Si nos quedamos atascados por la nieve, la única forma de dar calor al interior nos obligará a tener el motor en marcha, a veces durante horas, por lo que debemos tener suficiente combustible.

Un teléfono móvil con cargador. Un dispositivo que no teníamos en los ochenta pero que es fundamental ahora por la seguridad que aporta para comunicarnos en caso de emergencia, pero con un cargador. Es frecuente que muchos conductores no lleven en el coche un cargador y que en caso de parada por mal tiempo no tengan forma de cargar su teléfono.

Guantes de lana y mantas. No sabemos lo complicado que es estar en el exterior del coche, en medio de una ventisca a temperaturas bajo cero, hasta que tenemos que hacer algo tan simple como inflar unas ruedas o poner unas cadenas… si se sabe cómo hacerlo. Los guantes de lana nos protegen del frío y las mantas permiten algo de calor si tenemos la mala suerte de quedarnos sin combustible en medio de una nevada que nos bloquea.

Llevar las presiones de rueda correctas. Según estudios recurrentes, el 70% de los coches llevan las presiones de las ruedas por debajo de lo correcto, por lo que asegurarnos de tener las presiones correctas en las ruedas es algo básico. Algo de lo que casi nadie se acuerda es inflar la rueda de repuesto si el coche dispone de ella. Si no la hemos usado desde cuatro años o más, es seguro que no tendrá aire, y el problema será mayúsculo.

Cadenas o fundas textiles. En los lugares donde haya más posibilidad de nevadas solo se nos permitirá pasar si disponemos de cadenas para las ruedas o fundas textiles, estas últimas más fáciles de poner que las cadenas, pero más caras y menos duraderas. También pasaremos si llevamos neumáticos específicos de invierno. Hay que recordar una fuerte nevada que ocurrió hace unos 20 años en La Mancha, en la A4, un lugar donde quedaron atrapados miles de coches durante horas, por lo que un temporal de nieve no siempre tiene que estar asociado a un puerto de montaña.

Si lo anterior es básico para circular en invierno, damos por supuesto que el coche estará en buen estado para afrontar ese viaje, con las escobillas del limpiaparabrisas no agrietadas, con agua en el depósito para limpiar bien el cristal de restos de barro y nieve. Y los faros deben tener los plásticos transparentes, porque muchos circulan con una especie de cataratas que los opacan y que impiden tener una visión aceptable. Además, nunca está de más llevar siempre agua y algún tipo de alimento ligero, como frutos secos o fruta.

Al final, lo más importante es el sentido común y la responsabilidad de quien se pone al volante para llegar sin incidencias al destino.