La Universidad de Málaga se está haciendo hueco, en los últimos años, en el prestigioso panorama de la investigación, la tecnología y la innovación a nivel internacional en todas sus especialidades. Ejemplo de ello, el centro de investigación UMA Laserlab, dedicado específicamente al desarrollo de sensores para el análisis de materiales basado en el láser.
Situado en la zona ajardinada de la Facultad de Ciencias de la UMA, en sus pasillos brota la ilusión de los jóvenes estudiantes postdoctorales, que se entremezcla con la experiencia de referentes como Javier Laserna, director del centro y catedrático de Química Analítica.
Decíamos que la labor de este centro es conocida internacionalmente, pero es que este año ha llegado a dar incluso un paso más allá, ha aterrizado en Marte gracias al róver Perseverance de la NASA, una misión en la que el equipo del UMA Laserlab participa.
La misión tiene como objetivo principal estudiar la habitabilidad y la búsqueda de evidencias de vida microbiana antigua. Para ello, en Marte se encuentra el rover Perseverance que ya ha recorrido más de 1.500 metros del planeta vecino desde que aterrizó el pasado 18 de febrero. Durante este tiempo, el robot se ha encargado de recoger muestras, explorar las características geológicas del cráter Jezero y enviar imágenes a la Tierra.
Desde que se inaugurara este centro en 1987, siempre se ha venido dotando de unas infraestructuras de investigación bastante avanzadas y únicas en muchos sentidos, posicionándose, de hecho, entre los mejores laboratorios del mundo en su especialidad. De hecho, en su laboratorio cuentan con una gran cámara "marciana", de 12 metros de longitud, que permite experimentar bajo las mismas condiciones de este planeta: composición atmosférica, presión, temperatura, viento e irradiación solar.
Además, en el UMA Laserlab compaginan la actividad investigadora con la formación. Desde su arranque, han formado a más de una treintena de doctores. Es un centro con doble vocación: Investigación y formación. "En el futuro me seguiré dedicando a la misión y, con cariño a la formación de mis estudiantes, como dice nuestro lema "Science and Education"", cuenta con una sonrisa Javier Laserna, que atiende a EL ESPAÑOL de Málaga desde su despacho en el UMA Laserlab.
¿De Madrid al Cielo y de Málaga a Marte? ¿Cree viable realmente que llegaremos al planeta rojo en tan solo unos años?
No lo creo viable en absoluto. Llegar a un planeta y aterrizar con éxito y volver requiere unas condiciones extraordinariamente seguras para los astronautas. El desarrollo de una tecnología que garantice la seguridad de las personas en Marte requiere aún mucho tiempo. Yo creo que no vamos a verlo en los próximos años, lo veremos, probablemente, pero aún queda bastante. Como muy pronto en 2030.
¿Cuáles son las últimas novedades del Perseverance en Marte?
Es un robot muy complejo que hace muchas cosas a la vez. En paralelo y de forma secuencial. Está descubriendo muchas cosas de las que se planearon en la misión. El rover tiene siete instrumentos concretamente y uno de ellos es una estación meteorológica que se ha diseñado precisamente para conocer las condiciones de la atmósfera de Marte, su temperatura, composición, presencia de humedad, e incluso los vientos, algo muy importante, ya que en Marte suele hacer mucho viento aunque parezca que no. Todos esos datos se están recolectando continuamente y se están analizando en la Tierra por equipos especializados en ese aspecto del instrumento.
Luego hay otro instrumento muy interesante llamado MOXIE. Lo que hace es precisamente descomponer el dióxido de carbono de la atmósfera de Marte en carbono y oxígeno. Una prueba de demostración de que esa tecnología puede permitir obtener oxígeno que pudiera servir para una posterior colonización del planeta sin necesidad de llevarlo allí, utilizando solo aquel oxígeno. Esto se ha demostrado ya que funciona bien. El MOXIE lo hizo hace unas semanas y, ahora, va a hacer un experimento en los próximos días.
En el campo más cercano a lo que nosotros hacemos el rover está analizando la composición de las rocas del entorno donde está, el cráter Jezero, donde aterrizó. El rover ha recorrido aproximadamente desde el punto de aterrizaje hasta la situación actual unos 1.500 metros. En cada uno de esos sitios por donde ha estado moviéndose ha ido analizando rocas, el suelo, el regolito, que es el polvo marciano, siempre tratando de comprobar si las rocas que existen allí son de origen basáltico (lava) o si provienen de material sedimentario, que desde el punto de vista de la historia geológica de Marte y lo que concierne a la habitabilidad del planeta es extraordinariamente importante saber si una roca es sedimentaria porque en las rocas sedimentarias es donde se encuentra la posibilidad de existir vida pasada, si es que existió, que es probable, o presente, muchísimo menos probable.
¿Cómo son capaces de diferenciar si el carbono es orgánico o inorgánico?
Qué buena pregunta. El carbono en Marte tiene dos orígenes claros. Por un lado, el carbono atmosférico, dióxido de carbono. Por otro lado, está el carbono inorgánico si estuviésemos en presencia de un entorno donde hubiera carbonatos. Y luego, existe la posibilidad de que haya una tercera fuente de carbono, que es el carbono orgánico si es que diéramos con una sustancia orgánica en Marte, cosa que por ahora no hemos visto, y confiamos en que podamos verlo, muy especialmente cuando nos acerquemos a las zonas de material sedimentario si es que existiera este material orgánico.
Para distinguir el carbono orgánico del inorgánico, con las tecnologías que nosotros tenemos y que van en el rover, tenemos la posibilidad de hacerlo con dos de ellas. Una es la espectroscopia de plasma inducida por láser (LIBS) que es la técnica en la que nosotros somos especialistas, y con espectroscopia RAMAN, en la que nosotros también trabajamos y también forma parte de los instrumentos del rover.
La posibilidad de que el carbono se encuentre en forma orgánica lo anuncian las distintas formas de recombinación o de combinación que tiene el carbono. Por ejemplo, el carbono cuando está unido a oxígeno, cuando está unido a hidrógeno, cuando está unido a carbono, en forma de cadena policarbonada, ya sea linfática o aromática, nos daría idea de que es un carbono orgánico. Sin embargo, si es inorgánico, la huella que presentarían los instrumentos de análisis, sería de enlace carbono-oxígeno del CO2 o carbono oxígeno del carbonato.
Desde esas dos fórmulas, se pueden distinguir muy bien con los instrumentos que llevamos.
¿Cómo es, a nivel de experiencia humana, trabajar para descubrir la historia biológica de un planeta vecino?
Es una experiencia muy emocionante, tratar de investigar en el espacio, concretamente, en exploración planetaria, que es lo que estamos haciendo, siempre es algo muy atractivo porque te lleva a las fronteras del conocimiento, es un reto. Realmente, estás avanzando sobre un territorio no explorado. Entonces, todo lo que hagas, está siempre sujeto por una parte a la enorme riesgo que supone avanzar en lo desconocido pero también el enorme atractivo de preguntar a la naturaleza sobre su “cómo”, es decir, cuál es la historia geológica de Marte y cómo es la astrobiología de Marte si es que ha existido. Esas fronteras del conocimiento resultan realmente estimulantes y emocionantes tanto para todos los investigadores que trabajamos en ello.
¿Siempre había sido un sueño para usted colaborar en descubrimientos fuera de la Tierra o fue una casualidad?
Pocas cosas hay en la vida por casualidad (risas). Hay algunas, pero no es el caso. La tecnología en la que nosotros trabajamos y que está incrementada en el rover Perseverance y que estuvo en el Curiosity, es una tecnología que nosotros llevamos trabajando más de 30 años, entonces hemos coincidido muchas veces con miembros de la misión, por ejemplo de la MSL; también hemos coincidido en congresos, simultáneamente y nos hemos visto allí, hemos visto nuestros trabajos respectivos y hemos hecho un seguimiento porque forma parte del cuerpo de conocimiento de la tecnología, con una aplicación muy específica que es el caso de la exploración planetaria. Hay muchas otras aplicaciones de nuestra tecnología que también seguimos muy de cerca.
Por tanto, no ha sido ajeno a nuestra carrera la exploración planetaria usando LIBS. Otra cosa es cuándo nos incorporamos nosotros a la misión en el año 2014, en la misión del Mars 2020 con el rover Perseverance.
Hablemos de la Universidad de Málaga. ¿Es la UMA un portento que va a dar mucho que hablar en investigación en los próximos años?
Estoy totalmente convencido. La UMA es muy joven, nació en los años 70. Comparada con otras universidades, es una adolescente, pero tiene muchos grupos de investigación muy activos y de muy alto nivel en diferentes áreas. Concretamente, en el ámbito de la Ciencia y la Ingeniería existen muchos grupos que están considerados los más punteros a nivel nacional y cuyas líneas de investigación también están en las fronteras del conocimiento. Por lo tanto, yo, arrimando el ascua a mi sardina, te puedo decir que este laboratorio, el UMA Laserlab, es probablemente el mejor laboratorio del mundo en su especialidad. Lo digo con orgullo y con modestia, pero es así. Hay otros laboratorios en la Universidad de Málaga que también están muy bien valorados a nivel nacional.
¿Cómo ve las futuras generaciones en la investigación? ¿Cree que se les apoya lo suficiente?
La ciencia, si hablamos concretamente de la ciencia, con lo que respecta a la formación universitaria, siempre va a ir un poco por detrás de sus necesidades. La financiación de la ciencia siempre es escasa. No solo aquí en España, sino en todos los países del mundo, excepto países que son los “países tractores”, en los demás hemos tenido un pequeño gran déficit de financiación. Esto se ha traducido tanto a nivel de infraestructura como a nivel de dotación de personal.
En los últimos años debido a las crisis sucesivas que hemos tenido, el potencial investigador ha ido poco a poco resistiéndose, desafortunadamente, y hoy nos encontramos en una situación bastante delicada en este tema. Creemos que van a cambiar las cosas a corto plazo. De hecho, la Agencia Estatal de Investigación y concretamente la Secretaría General de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, están haciendo un gran esfuerzo por remontar y por tratar de acelerar para acercarnos a los países del hemisferio occidental, donde estamos y donde queremos estar. Para ello, necesitamos un esfuerzo inversor y acelerar para acercarnos a ellos. Parece que la tendencia es positiva, estamos en el comienzo de una nueva fase. Vamos a ver qué ocurrirá.