Pocos seres pueden presumir de una fotogalería más triunfal que la de Curro. Fidel Castro, Lady Di, François Miterrand y hasta un Mijaíl Gorbachov aclamado al grito de "Torero, torero" posaron junto con la mascota oficial de la Exposición Universal de Sevilla 1992. El pájaro, sonriente y colorido, fue el símbolo del V Centenario del Descubrimiento de América, la nueva pujanza de la España moderna en Europa y un futuro pasado esperanzador.
Pero toda gloria, ay, es efímera, y hoy decenas de Curros yacen en los terrenos de Romano Antigüedades, en el municipio sevillano de Alcalá de Guadaira, donde los venden a unos cuantos centenares de euros. Metafóricamente junto a Curro, están 70 pabellones derrumbados de los 102 que se construyeron para el evento, las maquetas a escala 1:33 de monumentos regionales de la Andalucía de los niños o la desaparecida Puerta de Triana.
Y por el lado de la Expo de Zaragoza 2008, también reposan esperando un nuevo uso el abandonado rascacielos hueco de la Torre del Agua, el Pabellón de España o el Pabellón de Aragón, cuyo principal uso es actualmente como lienzo para los grafiteros.
Suele hablarse del legado "agridulce" de estos megaeventos internacionales en nuestro país, pero en mayo de 2019 surgió un entusiasta nuevo actor. El veterano alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, anunció en campaña electoral su intención de entablar conversaciones con las administraciones autonómica y central para organizar una Expo en Málaga. En enero de 2020, la ciudad recibió la visita del secretario general de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE, por sus siglas en francés), en enero de 2021 la Junta de Andalucía visibilizó su respaldo a la idea y, desde este martes, es oficial el apoyo del Gobierno central a una candidatura que promete poner patas arriba a la pujante urbe andaluza.
Es definitivo: Málaga será la candidata española a acoger la Expo 2027 bajo el lema La era urbana: hacia una ciudad sostenible, se enfrentará para lograrlo -como mínimo, hasta el 28 de enero se pueden presentar nuevas candidaturas- a la urbe estadounidense de Bloomington, en Minnesota, y quiere saltar así un nuevo escalón en su auge tecnológico y cultural. Así es cómo intentará lograrlo sin crear una burbuja urbanística en el proceso.
Más Zaragoza que Sevilla
El contexto histórico es caprichoso a la hora de influenciar en cómo recordamos las Expo. La de 1992 fue el fogonazo previo a la de la lenta decadencia del felipismo; Zaragoza 2008, la de la burbuja precrisis; pero, más allá de los icónicos casos de abandono de inmuebles clave -más acuciantes en la capital aragonesa que en la andaluza-, existe un legado urbanístico de ambas que sigue presente.
En Sevilla, el parque de atracciones Isla Mágica y el Parque Científico y Tecnológíco La Cartuja se asientan en antiguos edificios de la Exposición, mientras que en Zaragoza se erigen en el recinto la Ciudad de la Justicia, la Consejería de Educación o el Palacio de Congresos.
A esos precedentes de reutilización se agarra Málaga, en cuya Expo la sostenibilidad es, justamente, el principal pilar temático. En primer lugar, sus previsiones no son tan grandilocuentes como fueron los eventos en Sevilla y Zaragoza. La capital andaluza recibió 42 millones de visitas -sus pronósticos eran de 22 millones- y la aragonesa, 20,5 millones de personas. Los cálculos de Málaga se sitúan en unos 11 millones de visitantes, un evento más humilde en comparación.
En este caso, no se trata de una Exposición Universal, como la de Sevilla; sino de una Especializada, como en Zaragoza. La diferencia está en las limitaciones: una Expo Especializada debe centrar en una temática más acotada -en la maña, el agua; en la malagueña, la sostenibilidad urbana-, no durar más de tres meses y no ocupar más que 25 hectáreas de terreno. Además, en este tipo de eventos es la propia organización la que debe edificar todos los pabellones, que luego serán personalizados libremente por el país o entidad que lo ocupe.
Reutilizar suma puntos
Desde el Ayuntamiento son consciente de que, a ojos de la BIE, es esencial demostrar que los desarrollos programados tienen una segunda vida. A la espera de que se perfilen los contenidos detallados del masterplan al que viene dando forma el Consistorio desde hace meses, lo que sí se sabe es que la intención es que los pabellones que formen parte de la zona expositiva sean reutilizados a posteriori para el desarrollo de iniciativas vinculadas a la formación y la docencia, a la investigación y a la innovación.
Así lo ha apuntado el propio regidor, quien apunta que la zona "pura de exposición", que tendrá una superficie de unas 25 hectáreas, dará cabida a un techo construido de entre 80.000 y 90.000 metros cuadrados. En el diseño de la operación final, según pudo saber este periódico, se incide de manera especial en construcciones que permitan su reutilización. "No será un espacio desaprovechado", ha remarcado De la Torre.
El escenario planteado para este evento internacional es mucho más extenso. En concreto se habla de unos 800.000 metros cuadrados, que serán cedidos de manera gratuita y temporal por el organismo estatal SEPES.
Al espacio expositivo se quiere agregar una zona de uso residencial, con un conjunto de unas 1.400 viviendas que "se sumará a la oferta de vivienda social" que ya tiene la ciudad. Un tercer elemento serán los terrenos de uso logístico, que una vez pasada la Expo permitirán complementar al Centro de Transporte de Mercancías (CTM).
En la web municipal en la que se ofrece información sobre los hitos de la expo se destaca esta misma puesta por el día de después. "Una vez concluida, las infraestructuras y edificios creados a tal efecto se convertirán en nuevos espacios productivos para Málaga a medio y largo plazo; el proyecto encaja con las previsiones que refleja el planeamiento urbanístico para los próximos años y la zona natural de expansión de la ciudad", se destaca.
A diferencia de otros proyectos que tradicionalmente han situado las grandes instalaciones de este estilo en zonas más deprimidas para tratar reactivarlas, la ubicación de los terrenos es en la zona de Buenavista, distrito Campanillas, junto a la Universidad de Málaga y no lejos del Málaga TechPark, antiguo Parque Tecnológico de Andalucía. Es decir, en zona de plena expansión en una ciudad cuya explosión tecnológica ha dado visibilidad a una creciente necesidad de oficinas y apartamentos.
Antes de todo eso, todavía queda casi año y medio antes de que la Oficina Internacional de Exposiciones dé a conocer el nombre del país y de la ciudad organizadores de la Expo Especializada de 2027. Solo entonces podremos saber si los Curros náufragos podrán volver a vivir otra Expo sin salir de su Andalucía.