Un momento de la ponencia 'Women inspiring change' del DES.

Un momento de la ponencia 'Women inspiring change' del DES. D. P.

Tecnología

La revolución de las CEO de la Málaga tecnológica: "Esto ya no tiene vuelta atrás"

Casi una decena de emprendedoras se unen para reivindicar una nueva forma de liderar las empresas innovadoras e inspirar a las que vienen.

16 junio, 2023 05:00

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Todas ellas han desarrollado sus propias startups. Todas ellas se han enfrentado a dificultades en su carrera innovadora que han tenido que sortear con ingenio y fortaleza. Todas ellas se han convertido en referentes de un ecosistema tecnológico que, cuando eleva a sus grandes baluartes, no siempre piensa en nombres en femenino. Y todas ellas se han reunido en Málaga dentro del marco del Digital Enterprise Show (DES) que se ha celebrado desde este martes hasta este jueves. 

Son Mariana Flink, CEO de Onversed; Emily González-Cebrián, CEO de Froged; Rocío Valenzuela, CEO de HRider; Alicia Zurita, CEO de Lubets; Silvia Montoya, CEO de Brainspro; Amélie Mariage, inversora y cofundadora de Aprendices Visuales; Virginia Calvo, copropietaria de Giants; Ana María Molina, CEO de Grodi Tech; y Clara Ruiz, CEO de Teen. En la conferencia bajo el nombre Women Inspiring Change, la comunidad Málaga Tech (y, muy concretamente, su responsable de comunicación, Ana Rodríguez) las ha unido bajo un mismo paraguas... y un mismo propósito.

Su objetivo es trascender del clásico relato de las dificultades que les ha supuesto ser mujeres en un entorno empresarial masculinizado: eso ya se da por hecho. Lo suyo es hablar de poderío, de sus modelos de liderazgo, referentes, consejos y, en definitiva, de inspirar el cambio. Para ello, además de la charla en el DES, atienden dos jornadas antes a EL ESPAÑOL de Málaga para complementar y profundizar en el discurso.

Un selfie con las participantes en la ponencia 'Women inspiring change'.

Un selfie con las participantes en la ponencia 'Women inspiring change'. Cedida

"Yo entiendo el liderazgo como algo compartido, en contraposición con las ideas más antiguas de liderazgo en las que el jefe da la orden y ya. Siempre hay lugar para esa ida y vuelta, hay capacidad de conversación", reflexiona Flink. Montoya le da la razón y añade la flexibilidad como punto clave: "Escuchar más, ver qué está pasando en el equipo, ajustar para que nos venga bien a todos. Compaginar la vida con el trabajo da mucho bagaje y mucho fondo para no frustrarte cuando las cosas no salen exactamente como habías planteado, y poder pivotar y replantear"

Calvo no cree en una manera concreta de ejercer el poder según el género, "sino en un nuevo modelo de liderazgo más transversal y más flexible que incluyera a la mujer". La clave para ella es "poner en el centro a las personas". Y Valenzuela coincide: "Trabajamos en la economía del conocimiento, así que la clave son las personas. En entornos donde reine la innovación, este estilo de liderazgo cada vez está promoviéndose más". Para ella, esa revolución "ya no tiene vuelta atrás".

"Un líder es un líder, independientemente del género. Creo que nosotras tendemos a liderar de una forma particular que los inversores están empezando a valorar", cuenta González-Cebrián, que lo define como "un camino más lento pero consistente": "Tendemos a liderar a los demás como nos lideramos a nosotras mismas. Se trata de dejar los egos de lado y asegurarnos de que todo el mundo sume".

Ese mismo es el espíritu de la creación de esta red de emprendedoras, que tiene su origen en una entrevista periodística conjunta. "Cada vez nos encontramos en más sitios y nos conocemos más. Era importante que tuviéramos otras referentes con las que compartir inquietudes", reflexiona Valenzuela. "Creo que el mundo actual necesita mucha de esa colaboración, estamos cambiando del paradigma de la competitividad al de tener más colaboración entre nosotras", añade González-Cebrián.

"Hace piña aporta ventaja competitiva. Es absolutamente necesario trabajar en tu negocio y tu idea, pero es importante hablar con los demás y también forma parte del proceso", reflexiona Montoya. De hecho, según comparte Molina, su startup Grodi nace "de la comunidad" en el programa de emprendimiento de Demium, "de ver referentes a nuestro alrededor". "Fue muy importante toda la gente alrededor que nos ayudó en ese momento. Sin la comunidad no estaría aquí", concluye.

Para Virginia Calvo, fue muy complejo "construir a ciegas" en una industria, la de los esports, en la que ellos mismos estaban prácticamente creando el mercado. "Hay pruebas de ensayo y error en las que pasas miedo, porque hay tanta gente detrás...", recuerda. Para Alicia Zurita, el momento clave fue el de decidir emprender con niños dependiendo de ella: "Pero me he empeñado, y ha sido difícil. Todo tu entorno te hace pensar que estás un poco loca, que no es el momento".

— Para mí, la decisión más difícil fue la de no buscar inversión y hacer un poco lo contrario de lo que se espera. Fue complicado, ir a pecho descubierto, con nuestros propios recursos para permanecer muy fieles a nuestra visión —cuenta Rocío Valenzuela.

— Yo me he sentido siempre una inconsciente —le responde Zurita. 

— Yo creo que es un poco el punto del emprendimiento. Es difícil, pero es lo que nos gusta —replica Valenzuela.

Un poco de locura tienes que tener. Si no, no te metas en esto —concluye Zurita.

Clara Ruiz define esa locura como "siempre dar más de lo que pide la normalidad", que es el consejo que le inculcó su padre. "Todo está cambiando gracias a la tecnología, a la IA, a las startups, y viene aún más. Nuestros tatarabuelos se quedarían locos con cómo se está viviendo hoy en día todo lo que estamos haciendo... Estamos en un buen momento y sin duda lo vamos a petar", expresa.

A Montoya también le resuenan las palabras de su familia que le convencieron de que podía conseguir cualquier cosa que se propusiera con esfuerzo y pasión. Valenzuela apuesta por trabajar en el control emocional, Calvo cree en rodearse de gente "mejor que tú" y Zurita recomienda rodearse de mentores.

"Todo lo que habéis dicho resuena en mí. Para mí, un muy buen consejo es que las ideas no son nada. Tenemos que centrarnos en algo que la gente necesita, no algo solo para ti porque es una buena idea", interviene Mariage: "Si quieres tener un gran impacto, tienes que ir primero a la comunidad". Flink lo resume en la máxima de enamorarse del problema y no de la solución.

El momento clave llega al ser cuestionadas por quiénes sirvieron de referentes para ellas. Algunas provienen de linaje con vocación empresarial; otras, como Ana Molina, no cuentan con ejemplo familiar de emprendimiento, "pero sí de mujeres luchadores como mi madre, que a base de inteligencia emocional han conseguido superar todas las barreras en entornos complicados o masculinos".

— ¿Vale decir Madonna? —pregunta Valenzuela.

— ¡Es totalmente válido! —le responde Calvo.