La inteligencia artificial sí va a destruir empleos. De hecho, ya lo está haciendo en ámbitos como, por ejemplo, los call centers. Y va a ser también una de las claves para que los seres humanos podamos vivir hasta 130 años, aunque otra cosa será en qué condiciones y cómo se podrá sostener esa longevidad desde un punto de vista económico.
No lo dice un cualquiera, sino el doctor Omar Hatamleh, uno de los mayores expertos mundiales en inteligencia artificial. De hecho, ha trabajado 27 años en la NASA y entre 2015 y 2020 fue su director de innovación de ingeniería.
Ha venido a Málaga desde Estados Unidos -tiene familia en Granada- para participar en el encuentro empresarial Andalucía Management -al que asistieron 600 directivos- y lanzó numerosos mensajes que, en principio, no son tranquilizadores.
"La IA que tenemos ahora es un bebé. A finales de esta década estaremos en una segunda fase y en la siguiente habrá cambios drásticos que hoy son inimaginables", expresó.
Uno de los aspectos en los que hizo más hincapié fue en la creación de robots humanoides que, aunque parezca ciencia ficción, no están tan lejos de ser una realidad. "Va a ser difícil distinguir los robots humanoides de las personas reales", dijo Hatamleh. Y puso como ejemplo algo muy llamativo. Se podrán descargar aplicaciones y que estos robots cocinen como un estrella Michelin, tengan conocimientos médicos o artísticos.
Estos robots podrán trabajar y provocarán el despido de personas, que serán recolocadas en otros puestos o no. Y eso puede cambiar hasta los flujos migratorios.
El doctor Hatamleh tiene claro que aquellas personas que nazcan hoy podrán vivir hasta los 130 años. Por una parte, gracias a la IA, se podrán predecir enfermedades antes de tenerlas e incluso "un reloj te podrá avisar 30 minutos antes de que vas a tener una arritmia".
Los cuatro elementos que influirán en ese aumento de la longevidad, según este experto, serán "la IA, la biotecnología, la impresión de órganos con tu propia genética a través de 3D y la creación de pequeños robots que se implanten para diversas patologías".
Pero vivir más no lo es todo. Hay que tener una buena conexión entre cuerpo y mente y, sobre todo, saber cómo se puede mantener ese sistema desde el punto de vista económico. ¿Habrá que trabajar hasta los 110 años para mantener los sistemas de pensiones? ¿Quién pagará las cotizaciones en un mundo con robots ocupando millones de empleos? "No se sabe qué modelo económico habrá en el futuro", incide Hatamleh.
Se está estudiando cómo averiguar lo que piensan los demás. Y si se consigue se puede influir, positiva o negativamente, en otras personas. Va a ser, por tanto crucial, la ética. Humana y en la programación de los robots.
El ingeniero puso un ejemplo que no dejó indiferente a nadie. "Pensemos que hay dos astronautas andando por la superficie de Marte y un robot humanoide detrás para ayudarles. Cae una roca, atrapa a las dos personas y solo puede salvar de la muerte a una. ¿A quién ayuda el robot? ¿Qué parámetros se le ponen para ayudar a uno u otro?"
Esos parámetros serán decididos por un humano en función de una serie de criterios pero, ¿quién elige esos criterios? ¿serán éticos? Hay muchos interrogantes sobre un futuro que está más próximo de lo que pensamos y que puede ser una realidad en este mismo siglo siempre y cuando nadie presione un botón nuclear y nos vayamos todos al garete.