Había pasado una noche bebiendo y llegó a casa ebrio. Al tratar de entrar a su vivienda se dio cuenta de que no encontraba sus llaves, así que decidió forzar la puerta para, posteriormente, denunciar un supuesto robo en la Comisaría de la Policía Nacional de Fuengirola.
La investigación de los agentes comenzó el 20 de octubre. El vecino, residente de Fuengirola, informó a los agentes de que habían entrado a la fuerza en su casa ocho días antes. Así, les comunicó que habían dañado la puerta de su piso y que le habían sustraído un reloj valorado en 450 euros, según indican fuentes policiales.
Investigando el caso, los agentes descubrieron que en la misma fecha del presunto robo que denunciaba este hombre, una patrulla de Seguridad Ciudadana había estado en su vivienda no porque él les avisara, sino por la alerta de una vecina, que se había encontrado la puerta de la casa entreabierta con el morador ebrio en su interior. El hombre explicó a la patrulla que "todo estaba en orden" y que la puerta ya presentaba daños con anterioridad.
Tras las gestiones practicadas, los agentes pudieron confirmar que el hombre llegó borracho aquella noche, abrió la puerta del portal en condiciones, pero olvidando las llaves en la cerradura, y forzando posteriormente -ante el despiste- la puerta de su vivienda.
Ocho días después, este señor, sin recordar que la Policía estuvo aquella noche en su casa, decidió presentarse en Comisaría para denunciar el robo y posteriormente dar parte de él a su compañía del seguro de hogar.
Tras ser pillado, el sospechoso acabó confesando todo a los agentes. Según indican, les explicó que todo fue una farsa y que había denunciado los hechos con el objeto de obtener una indemnización por parte de su aseguradora. En cuanto al reloj, añadió que lo había extraviado en las fiestas de la localidad unos días antes.
No era la primera vez que lo hacía. El investigado contaba con antecedentes similares, así que fue arrestado por su presunta implicación en los delitos de simulación de delito y estafa.