El adiós definitivo de la vieja planta de ladrillos Salyt está cada día más próximo. Cerrada desde hace una década, cuando dejó de fabricar el material de construcción que produjo durante 70 años, será demolida en su integridad para dar paso a una superficie comercial de casi 21.000 metros de techo.
La operación, impulsada hace algo más de un año por la empresa cacereña Edifissa, va a quedar expedita con el acuerdo que este viernes tiene previsto adoptar la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Málaga. Así lo indicaron fuentes próximas a la actuación, que situaron la inversión por encima de los 35 millones de euros.
Un montante del que forman parte el valor de adquisición de los cerca de 48.000 metros cuadrados de la parcela actual, los costes de ejecución de las futuras instalaciones y las "importantes" cargas que la parte privada habrá de materializar en respuesta a las demandas realizadas por el Consistorio. Aunque las fuentes no han precisado el valor de las mismas, se entiende que implicarán varios millones de euros.
En este sentido, las fuentes han aludido a la mejora de las comunicaciones viarias y peatonales y a un importante desarrollo de zonas verdes. "El proyecto presta mucha atención a la relación del espacio comercial con las barriadas que hay alrededor", han destacado.
Horizonte 2024
¿Pero cómo será esta nueva superficie comercial? De acuerdo con los detalles conocidos por EL ESPAÑOL de Málaga, el modelo es el parque de medianas en el que tendrán cabida, entre otros, un operador de bricolaje, otro de alimentación, varios espacios de restauración y una zona con otros negocios tipo gimnasio.
El calendario que maneja la promotora fija la posibilidad de arrancar los trabajos de urbanización en año y medio, abriendo la puerta al inicio de la actividad de los operadores a lo largo del año 2024. Antes, no obstante, las partes han de desarrollar una modificación puntual del planeamiento urbanístico, con el objeto de autorizar el uso comercial en un terreno actualmente calificado de industrial.
El proyecto de Edifissa, un consorcio empresarial encabezado por Grupo Fissa, que tiene delegaciones en 27 ciudades, avanza sobre un terreno ciertamente tortuoso, que ya sondearon otros inversores sin el mismo éxito. Uno de ellos fue el grupo empresarial holandés, Ten Brinke, que acabó desistiendo de la operación tras varios años de negociaciones con la Gerencia de Urbanismo.
El carácter estratégico de los suelos de Salyt queda recogido en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad, vigente desde 2011. Durante la fase previa a la aprobación del documento los técnicos manejaron como primer uso el uso residencial, dibujando sobre el sector unas 370 viviendas en parte de las instalaciones.