Málaga

El proceso de transformación en el que vive instalada Málaga desde hace años sumará este invierno una infraestructura marítima que modificará por completo la imagen de su litoral. Megayates de hasta 180 metros de eslora (dimensión del más largo del mundo, el Azzan) podrán atracar a lo largo del muelle 1 y la esquina con el muelle 2 del puerto de la capital de la Costa del Sol.

Tras el arranque de los primeros trabajos a principios del pasado mes de mayo, las empresas vinculadas al proyecto confían en que pueda estar operativa para el próximo invierno. Un hito de indudable repercusión para la ciudad, por cuanto incrementará su atractivo como referente turístico, añadiendo valor a su actual oferta.

Pero a este factor hay que sumar una segunda derivada más relacionada con el enorme impacto que una instalación de este tipo tendrá para la urbe. Los estudios cifran en unos 104 millones de euros anuales la inyección económica que tendrá en el momento en que esté a pleno rendimiento.

Una traslación lógica si se tiene en cuenta el negocio que rodea a cada una de estas embarcaciones. "Un megayate de 100 metros puede generar un impacto de unos 6 millones de euros anuales; nosotros tenemos 31 atraques, con una eslora media de 50 metros", apunta a modo de referencia Almudena Albarrán, Asset Maganer de Ocean Capital Partners.

El 'Azzan', el yate más largo del mundo, atracado en el puerto de Cádiz.

Ésta es una de las tres firmas que componen la sociedad concesionaria de IGY Malaga Marina. Precisamente, como indica el nombre con el que ha sido bautizada, IGY Marinas es otro de los socios. Y esto es lo mismo que hablar del líder mundial en la gestión de este tipo de instalaciones. A estos hay que sumar al empresario local Domingo de Torres.

A este primer efecto directo, suma otro de especial relevancia, y es que puede crearse una especie de industria paralela a la marina, con servicios eléctricos o de madera, entre otros.

"Por ejemplo, lo que quieren estos clientes es que por ejemplo la tintorería se la hagan en el barco, con lo que esos negocios tendrán que adaptarse a eso; les da igual pagar más", ha añadido.

"La ciudad de Málaga, si se adapta, se va a convertir en una ciudad de referencia; va a ser una de las pocas marinas destinadas solo a megayates", destaca Albarrán, quien subraya el factor positivo que tiene para estas instalaciones la presencia de IGY Marinas en la explotación. 

"La ciudad de Málaga, si se adapta, se va a convertir en una ciudad de referencia; va a ser una de las pocas marinas destinadas solo a megayates"

Almudena Albarrán, Asset Maganer de Ocean Capital Partners

Una vez acabada, el puerto malagueño pasará a formar parte del circuito internacional del que ya dispone la multinacional. Y eso permitirá, como destaca la representante de Ocean Capital Partners, "que haya clientes con un atraque en el Caribe a los que le propondrá mandarles el barco al Mediterráneo cuando haga buen tiempo". "Se puede aprovechar mucho del movimiento de esos barcos y las temporadas", insiste.

De hecho, Albarrán apunta que IGY tiene intención de poner en marcha una especie de promoción para que sus clientes internacionales conozcan Málaga y analicen si les encaja en su logística. "Y ya tenemos barcos de entre 30 y 50 metros de eslora que ya han pedido su atraque para todo el año", explica.

A ojos del operador internacional, la capital de la Costa del Sol se convertirá "en la llave que abrirá las puertas de la Costa del Sol a los grandes yates, satisfaciendo de este modo la demanda de amarres de gran eslora y contribuyendo al desarrollo turístico y económico de la región". 

Otra imagen de la futura ordenación de los atraques en la marina de Málaga.

Las obras ahora en marcha van a suponer una inversión inicial de unos 9 millones de euros, si bien la cuantía crecerá hasta los 11 millones al incluir las labores de mantenimiento necesarias.

Una de las particularidades de esta actuación, que incluye la construcción de dos diques para calmar las aguas, es que se va a utilizar un aditivo en el hormigón que generará porosidad, favoreciendo el crecimiento de plantas en los bloques.

El impacto económico ya señalado para la capital se deja sentir en las cuentas de la Autoridad Portuaria, que podría ingresar del orden de 30 millones en todo el periodo concesional previsto. Esto es, unos 1,5 millones anuales. De ellos, 342.481 euros se vinculan al canon anual ofertado, mientras la tasa de actividad puede alcanzar los 270.000 euros.

El proyecto incluye la creación de 31 atraques, de los cuales dos serán para embarcaciones de 100 metros de eslora. Los buques de eslora superior podrán ocupar estas dos plazas. A esta dimensión hay que agregar otros dos para naves de 72 metros; tres de 60 metros; ocho de 50; nueve de 40, y siete de 30 metros de eslora. El reparto situará los barcos de mayor tamaño en muelle 1. 

Las superficies a gestionar por la concesionaria incluyen 41.484 metros cuadrados de lámina de agua, con la correspondiente superficie de tierra de 4.830 metros cuadrados. En conjunto, abarcará una longitud de muelle de 770 metros.

Pero también asume el derecho de explotar el edificio situado en la parte más al sur del Paseo de la Farola, junto a la rotonda, con una superficie de 317 metros cuadrados, así como de dos parcelas anexas, una de ellas de 153,31 metros cuadrados (al este) y otra de 274,96 metros cuadrados (al oeste). Ambos dedicados a labores de recepción, registro, servicios generales, torre de control, cafetería o tienda.

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