De ser una parcela durante décadas utilizada como asentamiento de grandes depósitos de petróleo, a convertirse en uno de los solares que mayor interés está despertando entre los fondos de inversión nacionales e internacionales.
Esta es la metamorfosis en la que se encuentran instalados los antiguos suelos de Repsol, situados en la zona oeste de Málaga capital. La atracción generada es tal que desde el Ayuntamiento admiten la existencia de casi una veintena de entidades dispuestas a pujar por los aprovechamientos municipales.
"Con todos ellos nos hemos reunido, se les ha dado información y han presentado una carta de interés", admite el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López. La hoja de ruta en la que viene trabajando el departamento municipal desde hace meses es clara. En septiembre u octubre se quiere activar la subasta pública de los aprovechamientos que tiene asignados el Consistorio.
Y no son pocos. El acuerdo de reparcelación alcanzado en su día con el otro propietario del sector, la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), deja en manos municipales una edificabilidad residencial que permite la construcción de hasta 502 viviendas de renta libre, que quedarán integradas en tres de las cuatro torres dibujadas en la finca.
A ello hay que sumar 25.244 metros cuadrados de uso comercial-terciario, que quedará situado en un gran zócalo de planta baja más tres alturas sobre la que se levantarán las torres.
Aunque el edil elude poner cifras concretas al valor de venta, los datos que en los últimos años viene manejando la Gerencia de Urbanismo sitúan en unos 70 millones el valor de las cinco parcelas que tiene en el sector. Así figura en la información sobre el patrimonio de suelo que posee el organismo municipal y recogida en el presupuesto anual.
Una de las particularidades del pliego en el que trabajan los técnicos es que la operación de venta incluirá varios lotes. Uno por cada una de las tres torres, con alturas de b+28, b+30 y b+32, a los que sumar al menos otro para el espacio comercial, en el que ya se han interesado algunos grupos. La opción de desgajar el conjunto se produce pese a la existencia de algunas de las firmas que estaban dispuestas a pujar por la totalidad.
López ha explicado que se quiere primar la construcción de viviendas de alquiler en una de los inmuebles en altura. "La idea es que en el pliego se otorgue una mejora para las empresas que se comprometan a hacer este tipo de viviendas", ha expuesto.
El buen resultado de la subasta será clave para que el Ayuntamiento vaya adelante con otras operaciones parecidas. Entre ellas la de Térmica, donde, como ocurre con Repsol, Málaga es copropietario de los aprovechamientos. López apunta que ya hay dos fondos que se han interesado por hacerse con las unidades de aprovechamiento que tiene en el sector.
Del reparto del pastel de Repsol también sale beneficiado el conocido como banco malo, al que corresponden aprovechamientos para edificar una torre de planta baja más 34 alturas, con un máximo de 402 viviendas de renta libre, así como 19.141 metros cuadrados de techo terciario. Su irrupción en el proyecto se produjo ante la incapacidad de uno de los anteriores propietarios, NovaGalicia Banco, de hacer frente a sus obligaciones de financiación.
Más allá de las grandes torres, hitos en vertical del nuevo modelo urbanístico previsto en el vigente Plan General de Ordenación Urbanística (que data de hace una década), es protagonista del desarrollo de esta parcela el parque que se pretende ejecutar.
Según los detalles del plan de urbanización, aprobado inicialmente hace algo más de un año y valorado en casi 25 millones de euros, tendrá una extensión de unos 65.000 metros cuadrados.
La parcela objeto de deseo tiene una superficie cercana a los 178.000 metros cuadrados. Está situada junto al polígono industrial de San Rafael, donde el planeamiento urbanístico también prevé una gran operación de transformación, y junto al soterramiento de las vías del tren a su entrada a la ciudad.
El entorno está en ebullición, como demuestran los proyectos inmobiliarios ya en marcha, como el de AQ Acentor. La promotora del fondo alemán Aquila Capital, ejecuta tres torres (una de 23 plantas y las otras dos de 14) con capacidad para 350 viviendas, todas en alquiler. La inversión estimada es de 84 millones de euros.