La mudanza de los restos arqueológicos encontrados durante los trabajos de construcción del Metro de Málaga, en la Avenida de Andalucía, vienen a confirmar la decisión de la Junta de Andalucía de cumplir con su compromiso de exhibirlos y crear un espacio museístico propio.
Una sala subterránea que, a la espera de que se avance en los detalles del proyecto final, quedará instalada a unos siete metros bajo tierra, a la altura casi de la calle Nazareno del Paso.
La elección final de este emplazamiento supone una variación respecto a los planes iniciales de la Administración regional. La primera opción manejada era la de ubicarla en la parte del túnel que se extiende por Callejones del Perchel. Con ello se buscaba, entre otros objetivos, permitir la contemplación del trozo de muralla nazarí encontrado en este punto del trazado y que dada su consideración como Bien de Interés Cultural (BIC) queda salvaguardada y protegida in situ.
Sea como fuere, los visitantes que el día de mañana se adentren por la infraestructura soterrada para acercarse a los hallazgos desenterrados tendrán la oportunidad de ver una parte de esta estructura muraria. Porque justamente la última intervención de los arqueólogos en el tajo de la Avenida de Andalucía tiene como protagonistas dos paños de muro, que datan de los siglos XII-XIII y XIV.
En la memoria preliminar de los trabajos realizados en este punto, la dirección arqueológica subrayaba por su valor el hallazgo de estos dos muros medievales. Uno de ellos corresponde "a la muralla del arrabal aparecido con anterioridad en Callejones del Perchel; el otro, a un segundo muro de cierre del mismo arrabal construido con posterioridad (siglo XIV)".
Dada la entidad del descubrimiento, la Delegación de Cultura resolvió que las estructuras fuesen conservadas y mantenidas en su emplazamiento. Entre las particularidades del hallazgo, los especialistas pusieron en valor que apareciese "enmascarado" por una propia curtiduría moderna-contemporánea encontrada en ese mismo punto.
De hecho, en la relación de las diferentes etapas de la excavación, se apunta un proceso de "colmatación y destrucción", en los siglos XIV-XVI, "con una demolición al parecer intencionada de las estructuras medievales en el sector que amortizan a su vez, ya en época moderna-contemporánea (s. XVII-XIX), la instalación industrial de las curtidurías, para terminar con la modificación transformación de toda la zona del siglo XX mediante nuevas construcciones y transformaciones y la posterior apertura de la Avenida de Andalucía".
Estos restos de muralla serán protagonistas de la actuación de musealización que llevará a cabo la Consejería de Cultura, desde la que se asegura que se sigue adelante con la hoja de ruta trazada hace años. Bien es cierto que desde la Junta se sostiene que lo prioritario sigue siendo finalizar la obra hasta el Centro.
Pero qué incluye el importante legado rescatado del subsuelo durante cerca de dos años de trabajos arqueológicos. La acumulación de piezas hace que, según los datos de la propia Consejería de Fomento, sean 108 los palés que han de ser trasladados hacia su emplazamiento definitivo.
Una de las referencias principales son los elementos que permiten configurar lo que era una vivienda tipo del arrabal de Attabanim. La misma, según los detalles conocidos, pertenecía a un único núcleo familiar (casa unicelular), disponiendo de una planta rectangular y superficies diferenciadas, contando con acceso por un vano que da paso a un zaguán.
"Los patios son de planta rectangular con pavimentos de losas de barro, alberquillas con pozos en su interior y alcorques para pequeños jardines o huertas y sirven de eje para la distribución de las demás estancias, letrinas, cocinas y alhanías; los elementos que la constituyen están formado por mampostería, tapia, cerámica y barro", precisaron desde Fomento.
Un segundo elemento a recuperar es un segmento del un vial (nafid) perteneciente al sistema viario del arrabal excavado. La actuación es semejante en el caso de un segmento de un vial, "que divide las construcciones del siglo XVII al XVIII, ejecutado con cantos rodados, con imbornal central para las acometidas de aguas y en cuyos laterales se disponen accesos a las casas". Y finalmente, se pondrán en valor "varios elementos murales localizados a ambos lados del vial hispano-musulmán sobre tapial, con soporte irregular y algo disgregado".
A esto hay que sumar cuatro piletas de los siglos XVIII y XIX que eran usadas para el tratamiento de las pieles. Una de las peculiaridades de estas piletas es el buen estado de conservación que presentan, quedando localizadas en las proximidades del puerto original de Málaga, así como del río.
"Son de época industrial de los siglos XVIII y XIX y creemos que pertenecen a una fábrica para curtir cuero y donde se les daba el tinte en las piletas", explicaron en su momento fuentes de la Junta. En este caso, admitieron, la decisión de musealizar estas piezas no es tanto por la antigüedad sino por "su carácter único".