Málaga

A sus casi 85 años, Rafael Moneo "mira y remira" el esqueleto del futuro edificio de La Mundial. Se le ve apostado en la misma esquina donde ya se deja ver lo que aspira a ser una réplica "exacta" del antiguo Palacio de los Condes de Benahavís. La estampa se repite casi cada mes. Tantas veces como el prestigioso urbanista tudelano visita Málaga para conocer al detalle el avance del proyecto de transformación de Hoyo de Esparteros. 

La reproducción del inmueble, obra de Eduardo Strachan, el mismo que diseñó la calle Larios, se ha convertido casi en su "niña bonita" en una operación en la que resalta, por su impacto, el hotel de diez plantas que ya se yergue en la margen izquierda del Guadalmedina y en la antesala misma del Centro Histórico.

Quienes conocen de cerca al creador, reconocido en 1996 con el Premio Pritzker de arquitectura, resaltan la dedicación y el interés con la que afronta este encargo. En muchas ocasiones, asumiendo de manera directa cuestiones que en otras circunstancias delegaría en otros técnicos de su estudio.

"Rafael le está dedicando a este proyecto más tiempo e interés que a ningún otro", valora el arquitecto malagueño Salvador Moreno Peralta. Quien fuera su alumno suele coincidir con el antiguo maestro en sus desplazamientos a la capital. "Siente por Málaga una enorme fascinación, ve cosas interesantes donde los demás no vemos nada", destaca.

En esta relación de cercanía que mantiene desde que asumió el proyecto de Hoyo de Esparteros, La Mundial tiene un protagonismo especial. "Confía en que la plaza triangular conformada por ésta y el hotel sea un lugar de enorme atracción en el Centro; es impresionante verle trabajar a los 85 años con la energía y dedicación de un joven", añade.

"Siente por Málaga una enorme fascinación; es impresionante verle trabajar a los 85 años con la energía y dedicación de un joven"

Salvador Moreno Peralta, arquitecto

La operación de Hoyo de Esparteros es la única que lleva la firma de Moneo en la ciudad. Desde que se puso sobre la mesa esta iniciativa, hace unos 17 años, la polémica viene acompañándola de manera constante. Aunque ha sido en el periodo más reciente, con la demolición de La Mundial, cuando el ruido se ha incrementado. La antigua pensión acabó convirtiéndose en referente de la protección del patrimonio.

Y en la medida en que se censuraba el ajuste urbanístico que permitió sentar las bases del hotel, que duplica la altura autorizada en el solar, el apellido de Moneo se ha visto afectado. Moreno Peralta no esconde la desazón que le causa. 

"Cada uno puede opinar lo que quiera, pero la actitud que demuestra Rafael en este proyecto, quien está considerado uno de los más importantes arquitectos del siglo XX, debería mover, cuando menos, a la cautela a la hora de emitir un juicio sobre el resultado final", sentencia.

Fuentes próximas al proyecto confirman las palabras de Moreno Peralta. "Moneo está convencido de que cuando acabe la obra la gente va a tener un impacto positivo", dicen quienes viven el día a día de la obra, que refrendan: "Es algo que tiene como algo personal, cada vez que viene se va a la esquina de La Mundial".

Esta misma fuente recuerda que desde el minuto uno del diseño, Moneo subrayaba la importancia de la réplica, considerando que debía ser la pieza con la que cerrar el entorno. "Es algo que no delega en nadie", añaden, y ponen como ejemplo lo que está ocurriendo con la carpintería o los hierros. 

Los elementos del edificio original fueron recuperados y protegidos. Tras su rehabilitación por parte de la empresa Chapitel (la misma que restauró la estatua del Marqués de Larios o las Tres Gracias) están ya listos para ser instalados cuando llegue el momento. Pero la operación se ha topado con un inconveniente ya resuelto.

"Como la normativa urbanística ha cambiado, ahora las alturas han variado, eso ha obligado a tener que añadir más longitud a los elementos. Rafael, personalmente, se ha encargado de diseñar esos añadidos respetando lo original", apuntan.

La Mundial, siendo icono en el proyecto, no es el elemento más llamativo. Una condición que asume el hotel. 10 plantas de alto y ser visible desde muchos puntos de la ciudad le han llevado a ser calificado por muchos como "mole" y "mamotreto". El avance de la obra es evidente. A ello contribuye que se den cita a diario unos 180 operarios en su interior, interviniendo ya en toda la parte de infraestructura del futuro establecimiento. Un contingente que, aseguran, irá en aumento.

Las previsiones temporales se mantienen firmes. El objetivo es que los trabajos estén completados a finales del primer trimestre de 2022. ¿La apertura? Cuando se dispongan de los permisos necesarios.

En la cuenta atrás, se suceden las fases de intervención. "La parte de saneamiento e instalaciones ya está por la octava planta", dicen las fuentes. Incluso, en las fachadas sur y oeste, ya se pueden ver una representación del material blanco que vestirá todo el edificio. Un revestimiento, destacan, que permitirá reducir el ruido que se perciba en el interior y mejorar las condiciones térmicas.

Pero atendiendo a las infografías conocidas hasta la fecha, el elemento visual que más llama la atención son los azulejos mensaque que lucirán en cada una de las terrazas y huecos. "Más de 160", comentan. Espacios que incluyen cada una de las terrazas de las 138 habitaciones del futuro cuatro estrellas. "Eso le va a dar una gran categoría al acabado".

Como todo proyecto inmobiliario de envergadura, su materialización es una suma constante de piezas. El encaje de las mismas acabará conformando el puzle definitivo, en el que, a ojos de Moneo, La Mundial es referente. 

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