Apenas diez días después de que recibiera el visto bueno del Consejo de Administración del Puerto de Málaga, queda activado el procedimiento para contratar la primera fase de los trabajos de reparación del espaldón del dique de levante. Una obra que, de inicio, se estima en 997.196,67 euros (IVA incluido), con un plazo de ejecución de 5 meses. Las empresas disponen hasta el 29 de diciembre para hacer sus ofertas.
El impulso de esta actuación se produce ante los importantes desperfectos que fueron detectados hace años en esta parte de la estructura. Así lo confirmaron diferentes estudios realizados por encargo del Puerto.
Entre ellos, uno del Cedex, que concluyó que los niveles de agresividad ambiental mayores de los previstos en el origen del proyecto y la utilización de un hormigón de menor calidad en la parte final de la estructura fueron las principales causas de las deficiencias producidas. Muestra de ello es que apenas 17 años después de su ejecución ya se observaron restos de corrosión y caída de trozos del revestimiento.
La obra que ahora saca a concurso el organismo portuario toma como base la propuesta de actuación elaborada por la consultora Ineco. De acuerdo con los detalles conocidos hasta ahora, la reparación se centra en la necesidad de reforzar estructuralmente el espaldón respetando su configuración actual. La idea es llevar a cabo la actuación en dos fases entre los ejercicios 2021 y 2022.
Las tareas a realizar incluirán, entre otras acciones, el picado del recubrimiento del muro vertical y todas las caras de los contrafuertes y retirada de la armadura existente accesible; la demolición de la losa superior; el relleno con hormigón en masa de las áreas de recubrimiento eliminadas, así como del espacio existente entre contrafuertes y bajo los mismos, incluida la zona de instalaciones actual y áreas de acera demolidas previamente.
También se rellenará con hormigón en masa la losa superior incluyendo pendiente del 2% hacia el lado del mar y se realizará un microfresado de la cara exterior del muro lateral y de la zona exterior de la zapata.
Los estudios también han confirmado que los daños detectados en el espaldón no tienen extensión a la parte sumergida, lo que hubiese obligado a la construcción de un nuevo dique. Así lo confirman las inspecciones subacuáticas realizadas en los últimos meses, que apuntan la ausencia de daños en los cajones y la banqueta que la conforman.