Durante años, cualquier mención al apellido Mitjana estuvo necesariamente vinculada a un espacio del Centro histórico de Málaga conocido como Plaza Mitjana. Así se la conoce, por más que en el callejero aparece como del Marqués del Vado Maestre. Un emplazamiento identificado en la etapa más próxima por sus bares de copas (ahora cerrados) y por el conflicto que el ruido de los mismos acabó provocando con los vecinos de la zona.
Pero en los últimos meses vuelve a sonar Mitjana por razones algo más favorables. Lo hace porque un antiguo palacete, ahora numerado como el 2 de la plaza, hogar de una de las generaciones de la familia Mitjana, es ahora objeto de un importante proyecto hotelero. El mismo inmueble que fue construido y habitado por Francisco Mitjana Doblas, allá por 1863, va a ser ahora reconvertido por la cadena Room 007 en un hotel boutique, con capacidad para 36 habitaciones.
Transcurrido el tiempo, son contados los que hoy mantienen el apellido Mitjana en su nombre. "De primero ninguno", reconoce Blanca Moreno Mitjana, que junto a una prima que vive en Génova, es la única que sí lo incluye como segunda referencia.
Al saber de los planes de la cadena hotelera, Blanca intenta hacer realidad lo que venía deseando desde hace años: "Lo que quiero es conocer la antigua casa familiar antes de que se actúe sobre ella". EL ESPAÑOL de Málaga conversa con ella y con la historiadora Amelia Montiel a escasos metros del edificio.
"Mi abuelo era hijo de Francisco", apunta Blanca, quien recoge el proyecto que permitirá recuperar el uso del edificio con entusiasmo. "Nos parece estupendo que se le dé uso después de tantos años", destaca.
La conversación con Blanca abre las puertas a la memoria y al recuerdo de quiénes fueron los primeros Mitjana, una referencia de suma importancia en la Málaga del siglo XIX. En una de las publicaciones recogidas por la revista El Péndulo, firmada por Amelia Montiel y Alfonso Simón Montiel, se hace un recorrido amplio por la figura de Francisco.
Nacido en 1828, era el tercer hijo del arquitecto Rafael Mitjana Ardison y de Ramona de las Doblas. Tras la muerte de su padre, Francisco, a la edad de 21 años, acabó se hizo cargo de los negocios familiares, incluyendo una fábrica de abanicos. Pese a su juventud, destacan los historiadores, supo aprovechar el momento de expansión económica que vivía la ciudad, convirtiéndose en un importante industrial.
"Un palacete, construido de nueva planta en pleno centro de Málaga, que contaba con oratorio propio, según privilegio concedido por el Papa Pío IX"
A los 35 años contrajo matrimonio con la joven María Gordon y Salamanca, sobrina del marqués de Salamanca. Esa unión le supuso a Francisco Mitjana "un ascenso en la escala social". Y ello pese a que ya disponía de un importante patrimonio. Muestra de ello es que en las capitulaciones matrimoniales aportó 4.954.032 reales de vellón, con 26 fincas urbanas, solares en la Plaza del Marqués de Vado y en la Malagueta y varias fincas rústicas, además de la fábrica de abanicos y un aserradero en Capuchinos.
El matrimonio se estableció en el que era el número 5 de la Plaza del Marqués del Vado. "Un palacete, construido de nueva planta en pleno centro de Málaga, que contaba con oratorio propio, según privilegio concedido por el Papa Pío IX", se destaca en la publicación.
A su papel como fabricante de abanicos y litografías, sumó importantes inversiones en la compraventa de casas en el centro y en la urbanización de casi todos los nuevos barrios del ensanche de Málaga. Y esto incluye Huelin, la finca de San Telmo…
"Pero sus dos actuaciones más importantes son las de la zona de Capuchinos y el barrio de la Victoria", se subraya en el artículo. En este último caso, se precisa que 1871 compró a Enrique Merou Bourdet un solar que fue parte de la Huerta Claustral de la Victoria y del Acibar, y otro en el Compás de la Victoria. La superficie fue ampliada años después con más solares, hasta alcanzar 33.000 varas de las que el Ayuntamiento le expropió 16.000 para abrir calles y hacer un jardín.
"Para dar una idea de la envergadura del proyecto baste señalar que, para avalar un préstamo que le conceden los Larios en 1878, realiza una hipoteca de 120 fincas urbanas ubicadas en esta zona", subrayan los historiadores.
La capacidad económica de Francisco y su patrimonio se vio seriamente mermada por la crisis que tocó de lleno a Málaga y que se dejó sentir, también, en el sector inmobiliario. Al no poder reponer los préstamos recibidos, Francisco Mitjana entró en quiebra.
Como consecuencia de ello, el 23 de diciembre de 1891 el Banco Hipotecario puso en subasta 111 fincas urbanas, valoradas en 1.196.700 pesetas. Según los analistas, la situación de precariedad en la que quedó fue tal que a su muerte los pocos bienes que le quedaban fueron insuficientes para cubrir la parte de las aportaciones de su esposa.
Francisco Mitjana muere el 18 de octubre de 1902 y su esposa, el 18 de marzo de 1903. Él es quien levantó el palacete que a finales de 2022 o principios de 2023 abrirá sus puertas como establecimiento hotelero, recuperando la vida perdida tiempo atrás.