Málaga

Los responsables de la Casa Invisible han acusado este jueves al Ayuntamiento de Málaga de "mentir" en relación con los informes técnicos que, según el equipo de gobierno municipal, justifican la orden del desalojo del edificio que okupan desde hace casi 15 años. En este sentido, han criticado los motivos técnicos alegados, a su juicio, "inexistentes", y que "esconden una motivación exclusivamente política".

En este punto, han recordado que los informes "han sido insistentemente solicitados de forma verbal y por escrito por parte de La Casa Invisible". Sin embargo, han agregado, "y dada la obligación legal de acceder a ellos como parte interesada, no hemos tenido conocimiento de su contenido hasta nuestra personificación en la Gerencia de Urbanismo, cuando por fin se nos ha dado copia de los mismos".

Según han explicado en rueda de prensa, en los informes "no se indica la necesidad de trabajos de emergencia, siendo la situación del edificio la misma que en 2018". Por ello, entienden que "no existe propuesta que justifique el desalojo como medida previa a la rehabilitación integral del edificio".

Ante esta situación, desde el colectivo social y cultural consideran "inaceptable que el Gobierno municipal oculte información, mintiendo deliberadamente para intentar justificar una decisión política a todas luces carente de fundamento y, por consiguiente, arbitraria".

"Se trata de una situación muy grave, la cual tiene como objetivo la eliminación de un proyecto que le resulta incómodo por su carácter crítico". Ante esta situación, precisan: "La Casa Invisible tiene el deber ético de defender el proyecto social y cultural, así como el edificio que lo alberga, para que siga estando disponible para la ciudad".

"Si no lo impedimos, el destino que le espera será su privatización encubierta mediante una entidad externa que asuma los costes de su rehabilitación, poniendo así en riesgo su propio destino cultural al no ser rentable económicamente según informes técnicos municipales". Por último, han insistido en que es el momento de paralizar el desalojo y "retomar la senda del diálogo que nunca debió abandonar el alcalde".

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