Rosa Francia es conocida por el común de los malagueños como la mujer del alcalde, Francisco de la Torre. Pero esta logroñesa de nacimiento, aunque malagueña de adopción, puede presumir de una formación amplia. Doctora en Filología Clásica, ejerció de profesora de Latín y fue catedrática de la Universidad de Málaga. Es madre de cuatro hijos y abuela de siete nietos.
Rosa atiende amablemente la invitación de EL ESPAÑOL de Málaga para conocer sus secretos navideños por medio de este cuestionario. ¿Suele ver las luces de la calle Larios? ¿Cuál es su villancico favorito? Siga leyendo y lo descubrirá.
Bajar a ver las luces… ¿Le provoca mucho agobio, o no le falta ni el paseo por los puestos del Parque? ¿Qué le ha parecido el alumbrado este año?
Las veo de pasada. Yo no necesito muchas luces, pero celebro el disfrute y la euforia de los demás.
¿Málaga o Vigo? ¿Qué opina sobre esa competición navideña?
Málaga lleva mucho tiempo poniéndose aún más guapa en Navidad y lo hace de maravilla, pero ni compite ni humilla. Es elegante.
¿Una tradición familiar que nunca faltará en cada Navidad?
Precisamente, reunir a la familia y amigos, algo que nos parecía muy fácil antes de la Covid. La misa del gallo quedó desplazada.
La Lotería de Navidad… ¿Es de echarla por si toca algo o es de las que opina que es 'el impuesto de los tontos'?
Compro lotería para que me toque ¡faltaría más! Pero muy poquita y compartiendo cada décimo.
Nochevieja, Nochebuena o Reyes. ¿Qué prefiere?
Nochebuena. Y después las otras y otras.
¿Es de los que se atraganta con las uvas? Háblenos sobre su Nochevieja… ¿Macrofiesta de etiqueta, fiesta con los amigos o quedada familiar?
No paso de la sexta uva, pero siempre en reunión entrañable, alegre y divertida. Y con alguna lágrima a hurtadillas.
¿Cuál es el plato que nunca faltará en su casa durante los días navideños?
Una crema de ave con piñones, bien recibida por mis comensales, y el pavo trufado que aprendí de la madre de mi marido.
¿Y ese villancico que es imperdonable pasar de largo?
¿Popular? Los campanilleros.
¿Era de ir a ver la Cabalgata de Reyes? ¿Por qué zona solía verla? Si tiene alguna anécdota de recuerdo en ella cuéntenosla.
Yo no vivía en Málaga y quizás por eso, alguna decepción muy honda debí sufrir en una cabalgata remota, porque desde muy pequeña me hice "objetora de conciencia": ni voy ni he llevado nunca a los pequeños. A cambio, los espero preparando un buen chocolate para merendar.
¿Cuál fue el mejor regalo de Reyes de su infancia? ¿Por qué?
Libros. No sé cuál. Todos.
¿Y ese que los Reyes se dejaron por el camino y nunca llegó?
Los niños de la posguerra sabíamos conformarnos. Además, todo fue llegando al cabo del tiempo. No importa el retraso.
De niño… ¿Los Reyes le traían carbón o chucherías? ¿Era usted buena estudiante y una niña responsable?
Los Reyes que pasaban por mi casa no tenían esa función de vigilancia y premio. Ni falta que hacía, porque sin tele ni tablet y con la temperatura bajo cero, lo verdaderamente apasionante era estudiar. Y en eso estábamos.