Unir todo el litoral Este de Málaga capital mediante un carril bici se ha convertido casi en un reto maldito. Tantas son las veces en las que la ciudad ha intentado afrontar este proyecto, como las ocasiones en las que se ha dado de bruces con la realidad. La última tiene fecha del pasado 3 de diciembre, cuando la Dirección General de Costas ha emitido un nuevo pronunciamiento contrario a la pretensión de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de construir una plataforma exclusiva para bicis y vehículos de movilidad personal (VMP).
Con esta resolución "desfavorable", a cuyas conclusiones ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga, el organismo estatal mantiene una postura negativa respecto a la delimitación de una vía ciclista que fue puesta sobre la mesa por primera vez hace casi cinco años, en el marco del fallido Plan Andaluz de la Bicicleta.
En aquella ocasión, las trabas de Costas y el retraso de la Administración regional de ir adelante con la iniciativa dieron al traste con el proyecto, que fue recuperado en abril del año pasado por la Consejería de Fomento.
El departamento encabezado por la consejera Marifrán Carazo asumió el compromiso de impulsar la ejecución de una senda ciclista entre el restaurante Antonio Martín y la vecina localidad de Rincón de la Victoria. Sin embargo, el recorrido en su totalidad era dividido en diferentes fases, la primera de ellas entre el conocido negocio hostelero, objeto de polémica en las últimas fechas, y los Baños del Carmen.
Del orden de 2 kilómetros de longitud cuyo coste se estima en unos 2,6 millones de euros. Pero la pretensión autonómica queda de nuevo en el aire. Siendo más concretos, el tramo comienza en la intersección del Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso con la calle Fernando Camino, siguiendo la acera sur hasta conectar con los Baños del Carmen donde, por cierto, ya hay una zona reservada para los ciclistas. Para su construcción, además, se preveía el ensanchamiento del paseo hacia la playa. 1,7 kilómetros iban junto a la playa seca, mientras que el resto iría colindante con las escolleras.
Aunque desde la Administración estatal insisten en que el impulso definitivo de la operación está en manos de la Junta, la realidad es que parece difícil de imaginar que avance en la misma con una posición tan claramente negativa de Costas.
Una propuesta contraria a la legislación
La base sobre la que se sustancia el último informe del departamento estatal es la propia Ley de Costas, que insiste en la imposibilidad de utilizar la ribera del mar, es decir, la playa, como zona de expansión de los paseos marítimos. Porque justamente esto es lo que se pretende por parte de la Junta a la hora de proponer la construcción del carril bici, ensanchar el actual paseo para poder disponer del espacio necesario sobre el que delimitar la plataforma de tránsito.
La posición ahora reiterada por Costas no es nueva en este asunto. En informes anteriores, ya había advertido de la existencia de varios puntos del carril propuesto que entraban en colisión con la legislación vigente. A pesar de ello, los diferentes actores institucionales han tratado en los últimos meses de acercar posiciones.
El problema de raíz siempre ha sido, como ya se ha observado, los aspectos legales que implica la ocupación de la zona de playa, algo que dentro del marco legislativo era prácticamente imposible. En este escenario, la Junta llegó a pedir al Ayuntamiento su colaboración para tratar de convencer a Costas, algo que hizo personalmente el alcalde, Francisco de la Torre.
En el supuesto de que no pueda levantarse el reparo de Costas, todo hace indicar que la ciudad tendrá que conformarse con la solución provisional a la que da forma el Ayuntamiento en los últimos meses. La misma pasa por una ligera ampliación de la zona peatonal del paseo de unos 30 centímetros hacia la franja de los árboles, de manera que sea posible establecer un carril bici adecuado en esa zona.
A esta primera actuación, considerada desde un primer momento como temporal, hay que agregar la histórica apuesta municipal por transformar la movilidad en el denominado eje litoral. Un macroproyecto, valorado en más de 400 millones de euros, que incluye el soterramiento del tráfico en el Paseo de los Curas y la parte inicial del paseo Picasso y la creación de varios carriles bici en ese espacio.