Málaga

La polémica pérgola a medio levantar junto a la iglesia de Santo Domingo, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), vuelve a poner de manifiesto el complicado clima que preside las relaciones de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga.

La decisión última respecto al mantenimiento o no de esta estructura se va a dirimir este martes en una reunión que técnicos de ambos departamentos van a mantener. A la espera del resultado del encuentro, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, deja clara la posición de la Gerencia de Urbanismo: "Estaremos a lo que diga Cultura".

Es decir, que si el organismo autonómico considera necesaria la retirada de la pérgola por el impacto que provoca sobre el templo protegido, Urbanismo no tendrá inconveniente en dar marcha atrás y desmontarla. Este mismo lunes, fuentes de la Administración regional han confiado en que haya una "rectificación" por parte de Urbanismo, en el sentido de eliminar este elemento.

Ante la duda sobre la ausencia de actuación por parte de Cultura en este asunto, las fuentes lo justifican en que si bien la iglesia es un BIC, carece de un entorno de protección. A esto se suma que el punto de la intervención está situado fuera del espacio del Centro histórico de Málaga, catalogado como BIC.

Frente a esta interpretación, en el Consistorio recuerda que la intervención sobre las plazas de Santo Domingo y los Filipenses, iniciada el pasado mes de noviembre, fue consensuada con los colectivos vecinales y sociales de la zona, al tiempo que remitido a la Unión Europea, al contar con financiación comunitaria.

Incluso, aluden a la existencia de un informe positivo de Cultura, del año 2019, en el que se elude la necesidad de pronunciarse sobre el mismo al tratarse de una iniciativa que "no afecta a ningún Bien de Interés Cultural (BIC) ni a su entorno". Por ello, concluye: "No procede realizar pronunciamiento alguno por parte de esta Administración cultural".

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